La obra dirigida por Christoph Marthaler (Suiza), que se está presentando desde ayer en el Teatro Municipal de Las Condes, es desconcertante, aparentemente incoherente e inofensiva, insulsa, pero poco a poco nos introduce en un mundo aparentemente perfecto, pero donde las cosas no calzan, parecen ser y no son, y donde el contacto humano no existe. Un mundo donde la vida no tiene sentido…

“Si ahora no pienso será exactamente igual”, dice la actriz mayor.

La obra se inicia con grabaciones en distintos idiomas (alemán, francés, italiano, inglés, japonés… Ninguna en castellano, aunque hay traducción porque salvo lo que dice la actriz mayor, el resto es secundario, casi irrelevante) anunciando que los espectadores pueden prender celulares, desenvolver dulces y toser y carraspear sin problemas. Un aviso que estamos en un mundo estandarizado, globalizado, recibiendo indicaciones como en un avión (en un viaje de turismo) o en un supermercado, pero absurdo. Sólo que no escuchamos.

Cuatro actores. Una joven pareja dispareja (ella muy alta y atractiva, él bajo y con ganas de sobresalir y llamar la atención), un pianista y una mujer de edad, entrada en carnes, que es la única que habla (y que bien podría representar a la joven con varios años más). Todos los demás cantan. Cantan y cantan canciones conocidas en distintos idiomas pero que no son, se parecen… pero parece que no son. Música clásica, Jackson 5, un tema en francés “oreja”… Y otras con letras románticas o bucólicas que no calzan con lo que se ve en escena: un dormitorio muy sobrecargado pero “perfecto”, salvo que la cama “king size” es ancha pero corta, que, salvo la mujer joven, nadie puede sacar las bebidas del frigobar que está muy alto, o que se escucha todo lo que pasa en el baño. O que cantan lo que dice la mujer de edad pero con un tono y melodías que nada tienen que ver con el texto.

El resultado es una obra que incomoda, que a través de una visualidad atractiva, de música y canciones agradables o que no molestan (tipo supermercado, o de fondo en un restaurante) van estableciendo un mundo de incomunicación, de falta de contacto (sólo hay dos momentos en que dos actores se tocan), de empatía, de sentido de vida, de absurdo, de medios hechos pero no a la medida de uno (de los actores), que agobia.

Una buena obra, estimulante para conversar y discutir, para cuestionarse… Pero que, por las personas que salieron antes de terminar la obra como por los rostros y conversaciones de foyer, parece que no gustará a todos (o a pocos).

FUNCIONES
JUE 04 ENE 20:00
VIE 05 ENE 20:00
SAB 06 ENE 20:00
DOM 07 ENE 18:00

Más información, aquí.