Violentas amenazas ha recibido por estos días Jillian Mapes, editora senior del sitio web especializado en música Pitchfork, y todo esto a raíz de su reseña para el último disco de Taylor Swift, Folklore.

La polémica comenzó el 27 de julio pasado con la publicación de la crítica musical del álbum, donde este recibió una calificación para nada despreciable de acuerdo a los estándares del medio: 8/10, promedio que muy pocos allí alcanzan.

“El octavo álbum de Swift es un disco de clima invernal lleno de canciones de amor cinematográficas y ricos detalles de ficción”, describió Mapes en su elogioso texto, que sin embargo no satisfizo a los fans.

Tras el review, los seguidores de la cantante cuestionaron los criterios de la especialista saboteando la publicación, y acto seguido compartieron los datos personales de la editora, como su dirección y números de teléfono, además de amenazarla con matarla y quemar su casa.

Los amedrentamientos fueron a través de redes sociales, donde Mapes aseguró haber recibido “más amenazas de las que podría soportar”. En Twitter, por ejemplo, fue testigo de una ola de ‘tweets hechizantes’, con imágenes satánicas inspiradas en Swift.

Twitter
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“Cualquiera que venga después de la Reina Oscura, Taylor Swift, muere solo y será quemado para siempre. Estarás lleno de tus oscuros miedos y demonios. Nunca serás feliz y dormirás bien de nuevo”, reza uno de los mensajes “endemoniados”.

Lo que primero alertó a Mapes fueron los llamados telefónicos que recibió esa misma noche, apenas un par de horas después del debut de su crítica.

La maniobra de los “swifties”, tal como se conoce a los fans de la compositora, también se ha extendido a otros críticos, a pesar que hablamos de uno de los álbumes más elogiados en lo que va del año.

En Metacritic, de hecho, donde se promedian las calificaciones de los lanzamientos musicales en base a los medios de referencia, Folklore rankea 89/100.

“Recibí demasiados correos electrónicos con alguna versión de ‘eres una perra fea y gorda que está claramente celosa de Taylor, por favor muere”, contó la afectada en Twitter, donde su cuenta ahora es privada.

“No es la primera vez que escucho esto de las estrellas del pop… ‘Es una lástima tener miedo de que una persona se pasee afuera de mi casa o que sienta que no puede contestar su teléfono. Dicho esto, estoy a salvo y estoy bien”, agregó.