Un inesperado accidente marcó la última presentación de Iggy Azalea en Río de Janeiro, anoche en el Estadio Maracaná, donde una de sus bailarinas convulsionó en pleno escenario.

Ocurrió cuando la rapera interpretaba Black Widow, uno de los hits más populares de su repertorio, acompañada de cuatro bailarinas. Allí, al comienzo de la coreografía, una de ellas se desmayó y debió ser asistida por sus compañeras.

El hecho no desconcentró a la compositora australiana, quien a pesar de pedir asistencia médica por los altoparlantes continuó cantando para la multitud carioca.

Segundos después, la canción fue interrumpida por la producción del concierto para dar paso al personal médico, que subió a la tarima para asistir a la bailarina y luego trasladarla a un hospital.

Entre sus fanáticos y en redes sociales, la actitud de Azalea fue criticada y reprochada por el supuesto desdén de la artista hacia la situación, algo de lo que se hizo cargo en un mensaje difundido en Instagram.

“Todos estamos realmente conmocionados por lo que sucedió y solo estamos agradecidos de que ella esté bien”, resumió la cantante, quien reconoció haber pensado que se trataba de una lesión menor cuando vio a la intérprete en el suelo.

“Sólo quiero hacer saber a todos que mi bailarina está bien. Las luces y el calor hicieron que se desmayase. Ella está recuperándose en camarines”, agregó. “Primero pensé que se había caído o se había torcido el tobillo (…). Me sentí obligada a seguir cantando hasta que la música parase”, aclaró.