15-11-2018 a las 11:36

La noche en que Roger Waters homenajeó a Víctor Jara y recreó las carátulas de Pink Floyd

Por Emilio Contreras
Roger Waters | DG Medios | Jaime Valenzuela

Ante más de 52 mil asistentes y con un despliegue técnico pocas veces visto, Roger Waters presentó en el Estadio Nacional su espectáculo Us + Them, donde repasó en vivo los hits de Pink Floyd y parte de su último disco, Is This the Life We Really Want? En la cita, el músico homenajeó a Víctor Jara, y se dio tiempo para recrear a gran escala dos de las carátulas más icónicas de su banda madre.

Roger Waters

El show comenzó a las 21:00 horas en punto con la proyección de un niño mirando de espaldas el horizonte. 20 minutos después, y sólo cuando la secuencia se volvió rojiza y por los parlantes retumbaron tambores, guitarras, teclados y bombazos, Waters y compañía entraron a escena para comenzar con Speak to me y Breathe, que se convirtió en el primer coro de la noche.

The Great Gig in the Sky, Welcome to the Machine, Wish You Were Here y la segunda y tercera parte de Another Brick in the Wall sellaron la primera etapa de un recital marcado por la tecnología: una pantalla gigante que abarcaba casi el ancho completo de la cancha capitalizó la atención absoluta del Nacional, al mismo tiempo que un círculo de parlantes ubicados en las graderías transformaban el recinto en una enorme caja de resonancia.

La interpretación del clásico de The Wall se convirtió en la primera gran postal de la noche, cuando un coro de niños con poleras con la leyenda “Resist” acompañó a Waters durante toda la canción. “No es fácil presentarse ante 50 mil personas”, les agradeció el inglés, antes de anunciar un receso de 20 minutos antes de la segunda parte del montaje.

Aquí vinieron, acaso, los momentos más grandilocuentes del show. Antes de Dogs, otro imprescindible de Pink Floyd, la pantalla omnipresente mostró cómo desde la tierra emergía la Battersea Power Station, central eléctrica que ilustra la carátula de Animals, uno de los discos más cotizados de la agrupación.

BBCL

"Animals"

Cuatro torres que se elevaron detrás de la pantalla y un cerdo inflable a un costado terminaron de completar el cuadro, que sirvió de telón de fondo para Pigs (Three Different Ones), donde Waters se burló sin piedad a Donald Trump. Luego, vinieron Money (apología a los millonarios del mundo), Us and Them, Smell the Roses y otra sorpresa: otro cerdo inflable pero esta vez gigante, que se paseó por el coloso de Ñuñoa con la siguiente leyenda en su superficie: “Sean humanos”.

BBCL

Sin embargo, aquello no fue todo: también hubo espacio para recrear en vivo el prisma de la portada de The Dark Side of the Moon sobre las cabezas de los espectadores del palco, ya en el desenlace del concierto, con Brain Damage y Eclipse ejecutándose desde las penumbras.

BBCL

Carátula de "Dark Side of The Moon".

Como ya es habitual en la gira, Waters dedicó la última parte del show para homenajear la memoria cultural del país de turno. Así, comentó su encuentro un día antes con Joan Turner, viuda de Víctor Jara, a quien dedicó un simbólico gesto.

Fue cuando por los parlantes se escuchó la versión original de El Derecho de Vivir en Paz, uno de los himnos del chileno que anoche fue coreado por la multitud. Después, vino la despedida: Comfortably Numb, canción con que el hombre de 75 años dio por finalizado un espectáculo que alcanzó las 2 horas y 50 minutos y que se perfila como uno de los mejores shows musicales masivos de 2018.

BBCL

Escucha Radio Bío Bío