Tras 13 años de ausencia, la encantadora ópera cómica de Gioachino Rossini se está presentando hasta el viernes 25, con dos elencos de destacados cantantes y el debut local de la puesta en escena del prestigioso y ya fallecido director teatral franco-argentino Jerôme Savary, en reposición a cargo de Frédérique Lombart.

Por Joel Poblete

La cenicienta, foto de Patricio Melo, TMS (c)
La cenicienta, foto de Patricio Melo, TMS (c)

Aunque notoriamente se ha representado en menos ocasiones en el Teatro Municipal de Santiago en comparación con la obra más célebre y popular de las 39 que Gioachino Rossini compuso para la escena, “El barbero de Sevilla” -que se ha ofrecido ahí en más de 50 temporadas-, “La cenicienta” ha contado con muy memorables versiones. Y en estos días esta encantadora y chispeante partitura está de regreso en ese escenario, en una versión que está cautivando al público, precisamente en este 2017 en que se cumplen 200 años desde el estreno de la pieza.

Presentada por primera vez en Chile en las primeras décadas del siglo XIX, en el siglo pasado regresó recién en 1985, en una recordada producción del Municipal que contó con tres artistas italianos considerados verdaderas eminencias en este repertorio: la mezzosoprano Lucia Valentini-Terrani, el bajo Paolo Montarsolo y el director de orquesta Bruno Campanella. También en un formidable nivel musical estuvo la última vez que se había presentado en el escenario capitalino, en 2004, con cantantes tan destacados a nivel internacional como Vivica Genaux, John Osborn, Pietro Spagnoli y Luca Pisaroni.

Y ahora, con dos elencos y funciones hasta el viernes 25, la tenemos de vuelta en el Municipal, luego de los excelentes e inolvidables resultados artísticos obtenidos en las últimas dos temporadas en otras dos obras del autor, “El turco en Italia” y “Tancredi”.

A partir de una historia que tiene sus orígenes hace cientos de años y cuenta con adaptaciones literarias tan conocidas como el cuento del francés Charles Perrault a fines del siglo XVII, así como versiones en cine y ballet, el libreto de Jacopo Ferretti para “La cenicienta” de Rossini -originalmente llamada “La cenerentola”, como se la conoce habitualmente entre los operáticos- prescinde de elementos mágicos o sobrenaturales, aunque en esencia es la misma historia de una joven bondadosa y humilde oprimida -en este caso por su padrastro y hermanastras- quien alcanzará la felicidad y el amor en un príncipe.

En esta ocasión se cuenta con el debut local de una conocida producción del prestigioso director teatral franco-argentino Jerôme Savary, fallecido en 2013, quien destacó en importantes escenarios en las más diversas latitudes. Esta puesta en escena, creada hace más de dos décadas, ha seguido presentándose en teatros europeos, y en estos días se ofrece con la reposición a cargo de la francesa Frédérique Lombart, conservando la eficaz y funcional escenografía de Ezio Toffolutti (quien además diseñó el adecuado vestuario), mientras la correcta iluminación original de Sébastien Bohm fue retomada por el chileno Ricardo Castro.

Dinámico y lleno de energía, este montaje resalta especialmente la comicidad, por momentos incluso rondando lo circense, en particular en la exagerada y bufonesca caracterización de las dos hermanastras; en instantes se atiborra demasiado la escena y algunos pasajes de danza -con coreografía a cargo de la propia Lombart- ayudan a recargar un poco más todo, pero el conjunto es muy efectivo para divertir al público, incluso puede llegar más fácilmente a una audiencia infantil no familiarizada con la ópera.

Como esta ópera es tan famosa y cuenta con varios registros audiovisuales, es inevitable que la producción evoque y recuerde recursos e ideas de otras ya conocidas, como la genial y deliciosa película de en 1981 a cargo de Jean-Pierre Ponnelle, pero eso no es obstáculo para que la gente se ría y encante con este regreso en el Municipal.

En lo musical, nuevamente se cuenta con una excelente versión, como se pudo apreciar en el estreno oficial del elenco internacional, este sábado 19. El talentoso director español José Miguel Pérez-Sierra, quien debutara en el Municipal en 2014 con “Los puritanos”, ya demostró entre nosotros con “El turco en Italia” de 2015 su certero acercamiento a Rossini, compositor que conoció muy bien gracias a su trabajo junto a quien fue la mayor autoridad rossiniana del último siglo, el maestro y musicólogo italiano Alberto Zedda, fallecido hace pocos meses.

Guiando con brío a la Filarmónica de Santiago, la lectura de Pérez-Sierra es luminosa y llena de energía, atenta a los detalles de instrumentación y al equilibrio entre la agrupación y los cantantes en escena, y que brilla particularmente en los “accelerando” que resaltan la contagiosa agilidad de la música rossiniana.

La cenicienta, foto de Patricio Melo, TMS (c)

El elenco internacional cuenta con un lucido y muy afiatado grupo de cantantes para los siete roles solistas, en el cual casi todos los protagonistas son ya fogueados en el epicentro mundial del canto rossiniano: el Festival de Pesaro, en Italia.

La mezzosoprano italiana Josè Maria Lo Monaco, quien se ha presentado en escenarios tan cotizados como la Scala de Milán y el Teatro Real de Madrid, tiene un buen debut en Chile encarnando a la protagonista; aunque en algunos momentos su reducido volumen en las notas medias o graves hizo que la cubriera la orquesta, su voz es atractiva, físicamente es ideal para el rol y resolvió bien su esperado número solista al final de la obra.

También debutando en nuestro país y con una ascendente carrera en importantes teatros como el Covent Garden de Londres y el MET de Nueva York, el tenor estadounidense Michele Angelini fue un excelente príncipe Ramiro. Efectivo en lo escénico y resuelto en su canto, tiene un timbre grato, canta con estilo, sabe adecuar su material tanto en las agilidades como en las exigentes notas agudas y abordó con inteligencia su gran escena solista del segundo acto.

Y una vez más el Municipal tuvo el privilegio de contar con uno de los grandes cantantes internacionales en este repertorio, el barítono italiano Pietro Spagnoli, quien desde su debut en ese teatro hace ya más de dos décadas, ha cantado previamente ahí en cinco roles diferentes, y mientras en “La cenicienta” de 2004 encarnó a Dandini, ahora fue el padrastro de la protagonista, Don Magnifico; tanto en esta obra como en “El barbero de Sevilla”, “La italiana en Argel” y “El turco en Italia”, los personajes de Spagnoli han sido garantía de auténtica calidad rossiniana en el Municipal, y esta ocasión no fue la excepción, con una entrega muy bien cantada y actuada, con dignidad y la comicidad precisa, sin caer en excesos o clichés farsescos, y su entrega en las arias, con la agilidad precisa y estirando las notas finales, mereció los aplausos que le brindó el público.

Quien también se ganó el entusiasmo de la audiencia fue el barítono español Joan Martín-Royo, quien antes había cantado en el Municipal en “Peter Grimes” y “La flauta mágica”, y luego de una década volvió ahí, ahora para encarnar con simpatía y vivacidad cómica al divertido Dandini, muy bien cantado y con inagotable chispa escénica.

Los otros tres personajes del elenco estuvieron a cargo de estupendos solistas chilenos. Las dos hermanastras, Clorinda y Tisbe, fueron encarnadas por las sopranos Yaritza Véliz y Marcela González, respectivamente, y ambas renovaron la excelente opinión que en el último tiempo nos hemos ido formando de ambas gracias a previas actuaciones en ópera: excelentes y seguras cantantes, fueron un lujo en sus roles, y en lo actoral se plegaron sin reservas a las demandas de la puesta en escena, que no sólo les exige afearse gracias a un caricaturesco maquillaje, sino además un excesivo y desbordado juego teatral rayando en el ridículo.

Y aunque nos quedamos con las ganas de escuchar al siempre notable Ricardo Seguel en el rol del tutor Alidoro, quien canceló por enfermedad, a cambio pudimos apreciar el gran desempeño de su colega que cantará el papel en el elenco estelar, el joven bajo-barítono temuquense Matías Moncada, quien ya había debido reemplazarlo el miércoles en la gala de El Mercurio. Habiéndolo visto y escuchado en anteriores ocasiones en personajes secundarios en el Municipal en óperas como “La traviata” y “Las bodas de Fígaro”, así como en escenarios como el Teatro Municipal de Las Condes, no debería sorprender que asumiera este desafío con gran profesionalismo y excelentes resultados; afrontando con seguridad su muy exigente escena solista en el primer acto y con una excelente química teatral con sus mucho más experimentados compañeros del reparto, lució su voz sonora y robusta, que destaca especialmente en los tonos medios y graves. Un gran talento que vale la pena tener en cuenta, pues puede tener una carrera de alcances internacionales.

Las próximas funciones del elenco internacional serán este lunes 21, miércoles 23 y viernes 25, mientras el elenco estelar se presentará el martes 22 y jueves 24.