La banda neoyorkina The Strokes era la encargada de cerrar con broche de oro la séptima versión del festival Lollapalooza en nuestro país.
Al término de la exitosa presentación del canadiense The Weeknd, los fanáticos se apresuraron en llegar al VTR Stage, para sumarse a quienes desde hace algunas horas esperaban estoicos las presentación de Julián Casablancas y compañía luego de 12 años de ausencia en los escenarios de nuestro país.
Pero los minutos pasaban y la banda aún no aparecía sobre el escenario. Finalmente 20 minutos más tarde, la banda subió al escenario desatando los gritos de su fanaticada.
La canción The Modern Age era la indicada para comenzar el concierto, sin embargo ante el horror de sus seguidores, sólo era posible escuchar la batería de Fabrizio Moretti y la guitarra de Nick Valensi, algo nunca antes visto en el festival.
Peor aún fue que los integrantes de The Strokes no se percataban de la situación y continuaban con la segunda canción del setlist, “Soma”, todo esto ante el desconcierto de los asistentes que lo único que querían era corear las canciones.
Luego los músicos se dieron cuenta lo que ocurría y detuvieron el show. Luego de que esto fuera subsanado Casablancas dijo “comencemos de nuevo” y esta vez tanto The Modern Age y Soma fueron interpretadas con normalidad.
Si bien, hay que reconocer que por momentos los problemas de sonido se repitieron -como el volumen del micrófono del vocalista o la guitarra de Valensi – eso fue obviado por el público, ya que la banda los conquistó con una batería de clásicos como “heart in a cage”, “You Only Live Once”, “12:51”, “Someday”, “Reptilia” “Hard to Explain” y una de las más esperadas de la noche, “Last Night”, las cuales fueron ejecutadas tal como en los discos.
De esta manera la banda pese a las dificultades técnica cerró la versión del Lollapalooza 2017, recordándonos por qué se convirtieron en una de las bandas que nos cautivaron a comienzos de la década del 2000.
