La Orquesta Sinfónica de Chile ofreció una excelente velada en el Teatro CEAC de Plaza Italia, los días viernes 4 y sábado 5, con las obras “Bacchanale”, de la ópera “Sansón y Dalila”, de Camille Saint-Saëns; el Concierto N°1 en Sol menor, op. 26, para violín y orquesta, de Max Bruch; y la Sinfonía N°5 del ruso Piotr Ilych Tchaikovsky, composición central del programa.

La violinista finlandesa Anna-Liisa Bezrodny tuvo una participación de gran jerarquía como solista en el Concierto para violín de Bruch. Bezrodny se entendió totalmente con Grin y la Sinfónica y fue una fina ejecutante de la hermosa obra de Bruch. El Concierto para violín está modelado sobre los conciertos de Mendelssohn y Brahms, con abundancia melódica y de virtuosismo y ha sido el más exitoso de Max Bruch, al punto de eclipsar otras de sus obras de enorme belleza y calidad.

Al inicio del concierto, la orquesta interpretó la “Bacchanale” de “Sanson y Dalila”, ópera en tres actos concebida por Saint-Saëns en su versión definitiva hacia 1876, el que toma como argumento los relatos bíblicos que cuentan la historia de Sansón, quien es poseedor de una enorme fuerza física que reside en su cabello, la que pierde al caer seducido ante Dalila, quien le corta el pelo, entregándolo posteriormente a sus enemigos. Es la historia –específicamente de la segunda escena del tercer acto− que proviene la “Bacchanale”, término que denota una danza orgiástica, que en este caso representaba, desde una óptica judía, la decadencia moral de los filisteos.

La Sinfónica se dio en pleno con sus cuatro familias instrumentales, muy bien conducidos -en nuestra opinión- por las maderas, reiterando su riqueza musical dentro de su breve duración de 7 minutos.

Completando el programa se presentó la Sinfonía N°5 de Piotr Ilych Tchaikovsky, escrita en 1888. Al igual que su cuarta y sexta sinfonías, habla del destino, pero aquí de modo más personal, menos abstracto que en las otras obras mencionadas.

La Sinfónica de Chile respondió con gran altura en su presentación de esta magnífica obra y Grin fue reiteradamente ovacionado, coronando así, una gran temporada.