Protagonizada por la aplaudida soprano argentina Jaquelina Livieri y en el marco de la hermosa puesta en escena de Pablo Núñez, la popular obra de Verdi continúa presentándose en el Teatro Municipal de Santiago.

Por Joel Poblete

La traviata, TMS (c)

Tal como era de esperar, el regreso al Teatro Municipal de Santiago, tras siete años de ausencia, de la ópera “La traviata”, ha sido recibido con mucho entusiasmo por el público. La célebre obra de Giuseppe Verdi, inspirada en la conocida novela de Dumas “La dama de las camelias”, se está presentando en ese escenario desde el viernes 12, en una coproducción con el Teatro Colón de Buenos Aires, y con dos repartos, el elenco internacional y el llamado elenco estelar.

El viernes pasado asistimos a la segunda representación de ese segundo reparto, que debutó el sábado 13 y volverá a presentarse este lunes y miércoles. El hermoso marco visual fue nuevamente la espléndida puesta en escena del reconocido diseñador chileno Pablo Núñez, que destaca por la belleza de su escenografía y vestuario, acentuada por la acertada iluminación de Ricardo Castro, aunque la dirección teatral del mismo Núñez se siente un poco rígida y esquemática. Este elemento, demasiado notorio en las funciones del elenco internacional, es mejor resuelto por el segundo reparto, que agrega más intensidad emotiva y dramática.

Este logro se debe especialmente a la protagonista: en el rol de Violetta, la sacrificada cortesana de buen corazón, la soprano argentina Jaquelina Livieri desarrolla una labor muy completa. Si bien vocalmente en la función que le vimos y escuchamos hubo algunos momentos donde la voz pareció correr algunos riesgos en proyección y afinación (incluso dando la impresión de que estaba algo enferma), sabe administrar su material con inteligencia y sensibilidad, y posee un atractivo timbre y adecuado volumen; resuelve lo mejor posible los desafíos del primer acto, en especial en “Sempre libera”, y a medida que avanza la obra se la siente cada vez más segura y cómoda, culminando en un último acto conmovedor. Y como al buen despliegue vocal se une su actuación segura, expresiva y convincente, en general merece los entusiastas aplausos con los que el público la recibe al final.

El Alfredo del tenor chileno Carlos Moreno Pelizari es menos rígido y robótico que el de su colega en el elenco internacional, lo que ayuda a una interpretación más lograda; el timbre y volumen de su voz parecen más adecuados para otro repertorio -por ejemplo obras barrocas o Mozart-, pero de todos modos cantó con convicción y arrojo, y mostró seguridad en los agudos. Ya conocido en el Municipal por sus logradas interpretaciones de otros roles de Verdi, el barítono argentino Omar Carrión volvió a cantar en ese escenario el papel de Giorgio Germont, que abordara ahí la anterior vez que se representó la ópera, en 2009; como es habitual en este artista trasandino, su actuación fue sólida y adecuada en lo vocal y escénico, se complementó bien con su compatriota en el dúo con Violetta, y hasta se permitió dar una lucida nota aguda al final de su “No, non udrai rimproveri”, en el segundo acto.

Los personajes secundarios nuevamente estuvieron muy bien interpretados, ahora con otros artistas: sonoro y entusiasta el Gastón del tenor Francisco Huerta, simpáticos y bien cantados la Flora de la soprano Andrea Aguilar y el marqués D’Obigny del barítono cubano radicado en Chile Eleomar Cuello, mientras también tuvieron una excelente participación Pablo Castillo (barón Douphol), David Gáez (doctor Grenvil), Jessica Rivas (Annina), y en sus breves intervenciones, Gustavo Morales (Giuseppe), Patricio Álvarez (sirviente de Flora) y Cristóbal Gutiérrez (mensajero). Nuevamente se lució el coro del Municipal, dirigido por Jorge Klastornik, y también el grupo de bailarines en la coreografía de Georgette Farías en la escena de la fiesta en casa de Flora. Mucho más cómodo en el repertorio verdiano que su colega Konstantin Chudovsky se mostró el director chileno Pedro-Pablo Prudencio, quien desde este año es director residente de la Filarmónica de Santiago, a la que guió en una lectura emotiva y atenta a equilibrar lo orquestal con lo que pasaba en escena.

La traviata, TMS (c)

Las últimas dos funciones del elenco estelar de “La traviata” serán este lunes 22 y miércoles 24, y el elenco internacional volverá a presentarse por última vez el jueves 25.