El conjunto israelí ofreció una sobresaliente presentación en el Centro Cultural CorpArtes, que coincide con los 80 años desde su formación, junto a su director, el músico indio Zubin Mehta, que coincidentemente también cumple la misma edad este 2016.
Mehta es Director Musical Vitalicio de la Orquesta Filarmónica de Israel y ganador del Premio Israel y del de la Orden al Mérito de Baviera, por su extraordinaria contribución. También es dueño de la distinción Gran Cruz de la Orden del Mérito de la República Federal de Alemania.
Este concierto fue la oportunidad única de disfrutar del talento del maestro Mehta y de 110 grandes músicos. El programa incluyó las piezas Andante Cantabile del Cuarteto para cuerdas, N°1, Op. 11 en Re mayor de Pyotr Ilyich Tchaikovsky, la Pieza de Concierto para 4 cornos y orquesta, Op. 86 en Fa mayor de Robert Schumann y la Sinfonía N°9 “La Grande”, D.944 en Do mayor de Franz Schubert.
La obra de Schubert, una de las composiciones más completas que existe, con sus movimientos Andante-Allegro ma non Troppo; Andante con moto; Scherzo-Allegro vivace y Finale-Allegro vivace, verdadero puente de unión entre romanticismo y clacisismo, destacó en estas programación y esta muy bien considerada a través de todas las épocas, por la importancia que Schubert da en ella a la instrumentación.
Es la última sinfonía compuesta por Franz Schubert, entre 1825 y 1826, y fue estrenada el 21 de marzo de 1839, once años después de la muerte del compositor, en Leipzig bajo la dirección de Félix Mendelssohn.
Estilísticamente, la obra tiene ecos tanto de su propia producción (Sinfonías 6, 7, 8, Octeto en Fa Mayor y Sonata en Do M para piano a cuatro manos) como de otros compositores (de Don Giovanni de Mozart y de la Oda a la Alegría de Beethoven en el Finale). En cuanto a su carácter hay por un lado, la presencia de temas alegres y de la música popular vienesa, sobre todo en el Scherzo y en el Finale, aunque la partitura es fundamentalmente instrumental. Para lograrlo utiliza una orquestación con maderas a dos, dos trompas, dos trompetas, tres trombones, timbales y cuerda. La noche del miércoles en CorpArtes, será recordada por mucho tiempo, por el lucimiento pleno de la Filarmónica de Israel en esta obra de un brillo notable, en que maderas y cuerdas tienen un desempeño de enorme importancia. Merecen destacarse, los solistas en oboe, Bruce Weinstein y clarinete Ron Selka.
El dulce comienzo, con el Andante Cantabile del Cuarteto para cuerdas, N°1, Op. 11 en Re mayor de Pyotr Ilyich Tchaikovsky, fue para el público, una obra breve, dulce, suave y melódica, de un gran lirismo, en que cumplió una acertada intervención, el violinista concertino Ilya Kolovanov. A contínuación los cerca de 900 entusiastas asistentes fueron gratamente sorprendidos por la Pieza de Concierto para 4 cornos y orquesta, Op. 86 en Fa mayor de Robert Schumann, una novedad romántica por la importancia de sus instrumentos solistas, los cornos, estupendamente utlizados por los solistas Dalit Segall, Michael Slatkin, Itamar Leshem y Yoel Abadi, para sus movimientos Lebhalt, Romanze y Sehr Lebhalt.
La muy ovacionada presentación final, junto a la celebración de los 80 años de Mehta, tuvo dos “encore”, con la Filarmónica de Israel: las Variaciones Enigma-Nimrod, del inglés Edward Elgar y la Obertura de la ópera “Las Bodas de Fígaro”, de Wolfgang Amadeus Mozart.