En “Mundo salvaje” (emecé cruz del sur, Editorial, Planeta), López-Aliaga presenta una serie de cuentos inmersos en atmósferas cargadas de melancolía, abandono, desapego. De personajes extraviados, que no logran encontrarse (con ellos mismos), que se sienten ajenos, sin raíces (aunque algunos se inventen algunas).

Mundo Salvaje nos lleva a territorios de angustia a través de relatos potentes donde en general pasa poco, pero en el que algunos pequeños hechos adquieren grandes dimensiones, donde la “vida” agarra y deja a los personajes a la deriva.

Mundo salvaje puede ser un espejo para las propias angustias, sin sentidos, historias familiares inconclusas e incompletas, barnizadas de mala manera, “reparadas” de mala forma para parecer otra cosa.

Con elementos autobiográficos, el nuevo libro de Luis López-Aliaga invita a una introspección profunda, serena, algo cáustica, a través de buenos cuentos, algunos notables. Un conjunto equilibrado, diverso, con un espíritu común (algo poco frecuente y difícil de lograr).

Desde Crías (sobre una primera fiesta frustrada y el deambular por el centro de Santiago de un quinceañero en dictadura), pasando por El año del chancho hasta completar 12 relatos, el libro nos lleva a campo de unos primosTemuco, historias familiares que se combinan con la de un maratonista peruano (su familia paterna es de peruana), un curioso viaje a Iquique o la aparición de un Monito del Monte, todas unidas por un aire obsesivo, aplastante, sofocante a ratos. Una necesidad imperiosa de aire, de espacio.

En lo personal, el último relato (Bichos) no sólo es un bello remate. Es un hermoso escrito sobre la búsqueda de la identidad y la condición de escritor que el autor tenía profundamente cuestionada. Un texto conmovedor y profundo, con observaciones sutiles y poéticas.

Un gran libro

Mundo salvaje

Luis López-Aliaga
Editorial Planeta
Santiago de Chile
Abril de 2017