En la ardua tarea de publicar literatura infantil, dos editoriales independientes argentinas se propusieron trabajar libros que fueran distintos. Libros, por ejemplo, enfocados al público femenino, pero que no tuviesen necesidad de recurrir a princesas fantasiosas, rescatas por príncipes de dudosa procedencia en mundos más parecidos a Europa que a Buenos Aires.
En septiembre de 2015 los sellos Sudestada y Chirimbote unieron fuerzas para conseguir el cometido bajo la colección Antiprincesas, concepto que busca romper el estereotipo femenino en la narrativa infantil. Para realizarlo, acudieron a la historia de dos íconos latinoamericanos: Frida Khalo y Violeta Parra.
Los libros Frida Kahlo para chicas y chicos y Violeta Parra para chicas y chicos, debutaron con éxito: el título de Violeta, por su parte, debió ser editado en una segunda camada, y la iniciativa acumuló prensa en todo el mundo.
En los libros se narra la vida de cada una de las artistas sin ánimo de erigirles monumentos. Con realismo, los títulos narran que Frida creía en el amor libre, en la bisexualidad, y que a Violeta su primer marido la dejó porque no quería una mujer nómada.
“Queríamos romper con el estereotipo de la mujer cuya belleza está basada en su aspecto externo y mostrar ejemplos de mujeres que tienen belleza interior (…) Queríamos mostrar ejemplos de mujeres que no se quedaron estáticas esperando que un príncipe las salve, sino que cambiaron sus propias vidas“, contó a BBC Mundo la autora de ambos libros, Nadia Fink.
Aquí, uno de los ejes del proyecto es generar nuevos referentes para las niñas: romper con la caricatura de la mujer que, amparada en la sombra de un hombre fuerte intenta realizar su vida. “Había investigado las vidas de Frida y Violeta para la revista (Sudestada), y me preguntaba cómo podíamos hacer para contar sus historias a los niños“, dijo Fink a la misma publicación.
En ambos libros casi no se hace referencia a la vida amorosa de estas heroínas. Sobre Frida se hace eco en sus pinturas célebres, mientras que de Parra se rescatan sus viajes por Chile recopilando música y tradiciones.
El matiz anti Disney fue notorio desde un comienzo, tanto en el libro de Frida como en el de Violeta. En esto último se narra un capítulo clave de la autora: la vez en que necesitaba ropa para una exposición y su madre le soluciona el problema confeccionándole una falda con tela de una cortina.
El final suicida de Violeta, en la narración, se omite. No se hace alusión alguna a la muerte, pero sí a seguir leyendo, en otros libros, lo que ocurrió con la compositora.
A un año de su publicación, la colección Antiprincesas es furor en Chile y Argentina. La saga también incluye libros con las historias de la independentista peruana Juana Azurduy y la cantante Gilda, además de la escritora Clarice Lispector y la colección Antiheroes, que inauguraron Julio Cortázar y Eduardo Galeano.
