La lectura del libro de los escritores María José Viera-Gallo y Maorí Pérez puede llevar a palabras como amor, ternura, sexo, voyerismo y búsqueda
El libro se estructura en base a una serie de cartas que se escriben Kim (María José Viera-Gallo, 1971) y Nick (Maorí Pérez, 1986), pareja en la vida real.
Un libro lleno de pasión y de provocación, que retoma ese arte literario de la escritura postal (tan abandonado o transformado con Internet y las “redes sociales”) pero con cartas íntimas que introducen en el mundo privado, privadísimo de una pareja que vive un amor cuestionado por razones de clases sociales, de diferencias de edad (ella es bastante mayor que él) y por la clasificación o encasillamiento, en cuanto escritores, de cada uno de ellos (ella la chica bien, él el escritor “maldito”).
El libro es un reto a introducirse en el mundo íntimo, a ser voyerista (donde es muy difícil no caer en tratar de descubrir qué es ficción y qué no), a seguir con cierta distancia esta relación que tiene altos y bajos, con esos lugares comunes y clichés en los que muchos –o todos- hemos caído pero que escritos pueden provocar pudor. Con detalladas descripciones de sexo.
Un libro en el que es difícil no hacer comparaciones entre ambos escritores-personajes, lo que posiblemente atente contra una mejor lectura.
Tal vez el mejor aporte de Química y Nicotina sea su capacidad de `provocar. Provocar con la intimidad en la que nos introduce, por la pasión que contiene, por la lucha contra los encasillamientos y convenciones en las que estamos sumidos… Porque, finalmente, es una invitación a vivir intensamente, asumiendo riesgos (y el vértigo) como los rechazos, el fracaso.