Cleo (Natalia Ramírez) vive sola en un departamento con su perra Esperanza, un pajarito y una buena cantidad de plantas que sobreviven a duras penas.

Ella trabaja en la producción (planchando y ayudando en lo que le piden) de un programa de entrevistas para televisión conducido por un argentino (interpretado por Edmundo “Bigote” Arrocet, para los más viejos) y vive apartada, solitaria, casi sin amigos y amigas, cuidando de vez en cuando a unos sobrinos pequeños.

Entonces, suceden algunos hechos extraños alteran la tranquilidad y la cotidianidad de Cleo, amenazando la precariedad emocional en la que vive.

La cinta dirigida por María Elvira Reymond aborda el tema de la soledad juvenil expresada en Cleo, cada vez más aislada y con dificultad para establecer lazos afectivos, tanto con amigos, la familia o el trabajo. Incluso su relación con sus mascotas como con sus plantas es lejana, con altos grados de desafección.

“Cleo está sumergida en su propio mundo, que es un poco oscuro, y de repente se le abre la puerta a este universo que es extraño y está lleno de detalles que ella no controla. Es un invitación a estar presente y hacerse cargo, y ella (Cleo) hace lo mejor que puede”, afirma su directora.

Con una buena interpretación de Natalia Ramírez, “Días de Cleo” es una película poco pretenciosa que logra introducir al espectador en un mundo particular de jóvenes con pocas expectativas, con dificultades para asumir compromisos como para establecer relaciones afectivas sólidas. Jóvenes que, al mismo tiempo, no son vistos por el entorno y más bien hay tendencia a usarlos.

Días de Cleo se estrena hoy en salas. Más información, aquí.