Sebastián Moreno presenta su tercer documental, completando una trilogía sobre la dictadura, la resistencia y la resiliencia, con un foco sensible, profundo y sutil sobre las personas. Sobre los efectos en ellas y su capacidad de sobreponerse.

En “La ciudad de los fotógrafos“, Moreno mostró, partiendo por su padre José, a buena parte de los fotógrafos -reporteros gráficos- que retrataron la dictadura, incluyendo a destacados profesionales como Claudio Pérez, Álvaro Hoppe, Luis Navarro, Jorge Ianiszewski, Inés Paulino, Kena Lorenzini, Paz Errázurriz y Oscar Navarro, entre otros. Un documental notable sobre la labor de ellos mostrando parte importante de lo que pasaba en el país, como el efecto que tuvo en algunos el relacionarse cotidianamente con esa violencia.

Después, Sebastián Moreno junto a Claudia Barrial (con quien ha trabajado en los tres documentales) realizó “Habeas Corpus”, un documental sobre la labor de la Vicaría de la Solidaridad a partir de un valioso material de archivo. Un homenaje a quienes trabajaron y se arriesgaron por salvar la vida de los perseguidos, sin importar sus creencias e ideologías.

Ahora, completando la trilogía, Moreno muestra al hijo de Manuel Guerrero Ceballos, uno de los tres dirigentes comunistas degollados por agentes de la DICOMCAR (Dirección de Comunicaciones de Carabineros de Chile, con la participación del mítico “El Fanta”, que ya lo había torturado en 1976) en marzo de 1985.

Manuel Guerrero Ceballos estuvo clandestino desde el golpe hasta el 14 de junio de 1976, cuando es detenido y llevado a Cuatro Álamos y después a Tres Álamos. Liberado el 19 de noviembre de 1976, parte al exilio con su familia, a Suecia primero y a Hungría después. Sus padres se separan. Luego regresan, por separado, a Chile en 1982.

Cuando esa mañana del 29 de marzo de 1985, Manuel Guerrero Ceballos es secuestrado en las puertas del Colegio Latinoamericano de Integración, donde trabajaba como inspector, su hijo estaba en clases en el mismo lugar… Entonces su hijo, Manuel Guerrero Antequera, se transformó en un activista y dirigente juvenil hasta que, amenazado de muerte, tuvo que partir nuevamente al exilio.

Guerrero, el documental

Sebastián Moreno se centra en la figura del hijo, en su relación con su padre, en el exilio y lo que le tocó vivir después del brutal asesinato, volviendo a visitar diferentes lugares (como el colegio al que asistió en Hungría reencontrándose con el chileno que fue su compañero de asiento; o Moscú; o el acceso al Colegio, donde secuestraron a su padre) en un proceso de reencuentro, de duelo, de cierre y de resiliencia.

Guerrero” cierra una trilogía sobre la dictadura, la lucha, la resistencia, el dolor y la resiliencia, en un marco de memoria e identidad. Una trilogía que ofrece tres puntos de vistas muy diferentes, desde los fotógrafos (los que “miran” desde fuera), la Vicaría de la Solidaridad (los que luchaban en tribunales, investigaban y trataban de dilucidar las formas de operar de la represión) para terminar en un caso concreto: en el hijo de una víctima que debe exiliarse y reinsertarse.

La trilogía de documentales son documentos imprescindibles para entender la historia reciente del país, para fortalecer la memoria y la identidad, pero también para mostrar parte de la naturaleza humana y su capacidad de resiliencia en casos tan extremos y dramáticos como los que se viven en dictaduras.