Tania González es artista visual con formación en pintura (U. de Chile) que desde sus inicios ha integrado la taxidermia en su obra. Su práctica se concentra en una especie de “conservación” azarosos a veces, y otras en una perspectiva investigativa, donde cualquier objeto (una pluma o un lente óptico desechado) puede convertirse en artefacto artístico según la forma en que se trabaje (obvio).
Tras aprender taxidermia en el Museo Nacional de Historia Natural con Ricardo Vergara, comenzó a producir “cajas” que combinan cuadros y piezas naturales conservadas. Esta mezcla de tradición pictórica y materia orgánica plantea un “discurso” sobre el vínculo entre la vida y la muerte. González prefiere emplear materiales simples (pintura monocromática, silicona, elementos naturales) para plantear preguntas críticas, evitando el exceso decorativo. Como ella misma ha señalado, su obra funciona como un “dispositivo de memoria” que articula naturaleza, esoterismo y estudio histórico, resignificando “cuerpos y restos desechados” por la taxidermia.
Investigación histórica y temáticas
La artista ha orientado sus proyectos hacia la revisión de narrativas silenciadas por la historia oficial. Tania González explora la figura de la brujería y la persecución colonial de las mujeres. En la muestra “Lo que ha de morir” (Proyecto Moneda, Santiago 2020) utilizó taxidermias, cabellos, huesos, sangre y libros antiguos. En esta instalación de cuatro vitrinas se exponían, por ejemplo, aves disecadas junto a textos esotéricos y frases rituales, articuladas para resignificar la “sabiduría ancestral” de las mujeres acusadas de brujería. Los objetos rituales que integró (amuletos, pócimas o “amarres”) no se presentan como reliquias “demonizadas”, sino como herramientas de resistencia, a través de las cuales González busca documentar la dimensión política de la magia femenina en un imaginario contemporáneo. En su propio relato, ella conecta esta investigación con la idea del sacrificio y la herencia patriarcal. Sus piezas recuperan imágenes “reales” extraídas del cuerpo post mortem para abrir una reflexión sobre biopolítica y género.
Entre parte de sus temas de búsqueda podemos encontrar, como mencioné antes, la brujería e inquisición. A partir de ella, estudia archivos y leyendas de la caza de brujas en la colonia, sacando a la luz historias como la de María Hernández “La Pulga” (Penco, 1736), acusada de hechicería. Otra modalidad temática -a partir de la figura subjetiva de la patrimonialidad- es cierta conservación, desde un insecto, vestigios históricos y personales entre muchos objetos vinculados con la magia sacra, muy poco estudiada e incomprendida. También, dentro de lo biopolítico, están los cuerpos y el sacrificio, donde recurre a órganos o tejidos, como corazones disecados para representar la violencia contra el cuerpo femenino, resignificando la vulnerabilidad y la memoria del dolor.
“Lo que ha de morir” (Proyecto Moneda, 2020)
La exposición “Lo que ha de morir” fue expuesta en el espacio autogestionado Proyecto Moneda en octubre de 2020. Bajo un formato de vitrina, Tania presentó una instalación en cinco gabinetes de madera con taxidermias, pelo, huesos y sangre, junto a una muestra de libros y 40 réplicas de ranas del lago Titicaca con la canción de Vía Ignis del disco el gabinete de las condenadas de Camila Vaccaro.
Este montaje fue la continuación de una investigación sobre la brujería latinoamericana. Como se puede leer en la nota de Artishock de ese año, la muestra utilizó “restos orgánicos” para dar cuerpo a “brujerías, conjuros y sortilegios” rescatando la dimensión ritual de aquellas prácticas. Los pasajes textuales incluidos describen hechizos y amuletos. Por ejemplo, un conjuro para liberar a alguien de un “amarre” acompañado de un antídoto trivial, enfatizando la subversión de la brujería hacia lo políticamente útil.
Muy distante de lo que se podría considerar como la búsqueda de morbo, “Lo que ha de morir” pone diálogo entre ciencia y magia, haciendo de la acumulación de elementos mortuorios un espacio de cuestionamiento sobre el poder.
En palabras de la escritora Eltit (citada en esa reseña), la artista “ingresa la taxidermia como práctica post-mortem” para “conservar y promover la muerte como objeto disponible para el ojo”. Así, la creadora despliega un lenguaje visual sobrio, donde cada pluma o frasco es parte de un discurso mayor sobre conocimiento ancestral silenciado.
“Vía Ignis – Camino al fuego” (Perrera Arte, 2025)
El proyecto más reciente de Tania es “Vía Ignis – Camino al fuego”, instalación presentada a partir de agosto de 2025 en el Centro Experimental Perrera Arte. El nombre alude a un recorrido simbólico hacia la hoguera, inspirado en la historia de “La Pulga”.
A través de más de cinco años de investigación, la artista compiló documentos del Santo Oficio que detallan la persecución de María Hernández, lavandera de Penco condenada a 200 azotes y destierro por brujería en 1736. El resultado es una instalación multimedia cuyo eje central es la escultura de una mujer atada de manos, acompañada por una composición sonora original creada para el emplazamiento.
La curadora de este proyecto, Cyn Shuffer, narra que González le relató en su taller la biografía de Hernández y otras “hogueras que como mujeres disidentes atravesaron vejaciones parecidas”. Ese contexto histórico-político se traduce en la obra como un espacio de confrontación. Tania ha explicado que su intención es rescatar esos archivos coloniales para convertirlos en “ejercicio de memoria y reivindicación” a través del arte. De ese modo, “Vía Ignis” pone sobre la discusión la violencia institucional histórica, transformando el “fuego ordinario” de la opresión en un objeto de reflexión crítica.
Por su parte, “Vía Ignis” se enfoca en documentar las “hogueras” reales de la historia. La instalación incluye la figura de la bruja María Hernández (“La Pulga”) en el cadalso inquisitorial. A partir de su caso, González reconstruye visualmente las torturas y el ritual del castigo, proporcionando al público la sensación de presenciar una escena de retribución colonial. El uso deliberado de elementos escenográficos y objetos de taxidermia sirve para plasmar el carácter tangible de una violencia pasada, sin artificios literarios, donde las “cajas” y estanterías funcionan como documentos en sí mismos. Según escribe la curadora del proyecto, el objetivo es “hacer arder los miedos” para encender la memoria colectiva, y así combatir la repetición de aquel orden injusto. Tania mantiene una estética austera -plantas secas, sangre simbólica, fibras- que privilegia la gravedad del contenido sobre la espectacularidad.
Participación en Perrera Arte 2025
Estos proyectos -y sus investigaciones- podemos encontrarlos en la Trigésima Muestra Anual “L’Arts” de Perrera Arte (2025). En esa exposición colectiva, que conmemora los 30 años del centro cultural, Tania es una de las artistas invitadas. La muestra reúne a creadores diversos y permanecerá abierta hasta fines de octubre de 2025 en los espacios centrales del Parque de los Reyes.
En Perrera se puede apreciar el realce de denuncia histórica de la “bruja” y la “com-prensión repre-bio-política”. Como ella ha enfatizado en entrevistas, su arte no pretende “agradar” sino hablar “desde la raíz”. Desde ahí, se puede apreciar que en “Vía Ignis” haya insistido en el contraste entre la fragilidad de la figura femenina y la brutalidad que representa con la amalgama de la taxidermia y materiales orgánicos, rescate de relatos de brujería e inquisición, para dar cuenta de mitos patriarcales y la resignificación del cuerpo sacrificial.
Exposición “Vía Ignis – Camino al fuego”
Artista: Tania Gonzalez.
Lugar: Centro Cultural Perrera Arte. Santiago. Chile.
Conversatorio gratuito
Viernes 24 de octubre, 18:00 horas.
Junto a la Curadora Cyn Shuffer, Milena Moena, Artista Visual, Camila Vaccaro, Música, y la artista Tania Gonzalez.