Irarrázabal (Santiago, 1940) presenta Bronces Inquietos, una pequeña síntesis de su obra en el Parque de Las Esculturas, en Providencia.

Rodeada de naturaleza, en dos espacios semi-subterráneos, se exhiben una veintena de esculturas más algunos dibujos y bocetos que dan cuenta de la larga y prolífica obra de este escultor que estudió en el seminario de la Congregación de la Santa Cruz, de Teología en la Universidad Gregoriana de Roma, obtuvo el Bachiller en Filosofía y el Master en Arte la Universidad de Notre Dame en los Estados Unidos y estudió con el escultor Waldemar Otto en la antigua Alemania Federal.

Sus estudios se reflejan plenamente en su obra, figurativa, centrada en los seres humanos despojados de todo lo superfluo, con una buena dosis expresionista.

Hombres desolados, grupos caminando o reunidos, parejas o un Jesús crucificado son temas recurrentes en la sólida obra de Mario Irarrázabal, las que se pueden visitar hasta el 22 de septiembre en el Parque de las Esculturas.Esculturas que muestran la experiencia y el oficio de este reconocido escultor.

Mario Irarrázaval, EM (c)

Dos puntos débiles

El espacio, por su arquitectura, no es un buen lugar para acoger la obra del escultor (hay mucha interferencia visual, falta de espacio, poca perspectiva para mirarlas, muchas dificultades para quedarse un buen rato contemplándolas).

Hay un video en el que se intercalan, hablando, Mario Irarrázabal, Manuel Ahumada (Director de la Fundación Cultural de Providencia) y Evelyn Matthei (Alcaldesa de Providencia). Los dos últimos hablan generalidades, no aportan casi nada y, por el contrario, generan bastante ruido, al mezclar ámbitos (se les ve forzados hablando). También por la disposición de la pantalla, interrumpen una buena y tranquila observación de algunas obras, en especial cuando entra ese sol de invierno de las 16:00 horas…

Mario Irarrázaval, EM (c)