En un montaje que propone un diseño integral y sonoro que enfatiza la acción actoral, el intérprete de “El Cid” aporta un histrionismo cálido y sencillo para delinear a un hombre que desde una clave popular hace guiños cómicos a lo culto y académico.
Por Leopoldo Pulgar Ibarra
La referencia es nada menos que “Mio Cid Campeador – Hazaña” (1929), del gran poeta chileno Vicente Huidobro” (1893-1948), esa novela-prosa poética que percibe a este personaje hispano como clave de un universo mítico y heroico, casi un superhombre.
Respeto y admiración por Rodrigo Díaz de Vivar (1048-1099) hay en la base de este Cid teatral con rasgos performativos en el que no faltará el erudito que desde una pantalla recuerde a este militar de la alta Edad Media, denominado Cid Campeador, que enfrentó con su ejército a las fuerzas árabes desde el territorio en la península ibérica que conformaba su señorío.
Pero es Don Ulysses, auxiliar de una casa de estudios y reemplazante casual de un profesor, quien deberá dar la clase sobre El Cid de Huidobro a estudiantes, utilizando sus dos cualidades: chispa y sabiduría popular.
Esta obra es financiada por la Dirección de Extensión Cultural y Universitaria de la Vicerrectoría de Vinculación con el Medio de la Universidad Católica de la Santísima Concepción, cuyo objetivo es contribuir a la comprensión del mundo, a través del “cultivo, difusión y fomento de las diferentes disciplinas artísticas y culturales”.
Sentido y razón
La propuesta de la cia. Teatro UCSC busca que el espectador palpe la época que vivió El Cid y, por supuesto, que se vincule al universo emotivo que el mito y la leyenda ha rodeado a un hombre que Vicente Huidobro percibe como un héroe y su hazaña.
El problema para el auxiliar radicaba en cómo enfrentar temas que no conoce, por lo que resuelve recurrir a escenas de dramatización y a videos donde un académico explica pulcra y doctoralmente algunos textos de la obra de Huidobro.
Y es en esta especial función de coordinador que Don Ulysses (Jorge Briano) se convierte en el alma de un relato que seduce por su intuitiva valoración de lo educativo y el respeto que siente por profesores y estudiantes.
Cambios y rutinas
La arista del juego en escena aparece también en esta producción como un recurso para trasladar información y conocimiento vívido, siempre con la sencillez propia del protagonista.
Así, con el apoyo escenográfico y de utilería, del vestuario, la banda sonora y la iluminación, don Ulysses pone su llamativa capacidad lúdica al servicio de la responsabilidad circunstancial que asumió, venciendo sus propias limitaciones y la natural timidez.
Y es en este proceso de cambiar y ganar presencia al vestir el traje de un Cid que enfrenta el mundo circundante se va observando el trabajo corporal y emotivo de Jorge Briano, al mostrar tanto el esfuerzo del auxiliar para cumplir su misión como las tensiones distintas en el rol del Campeador en la dramatización que interpreta.
Después, cuando el auxiliar retoma su tarea rutinaria en el aseo y como coordinador de la clase, el intérprete refleja la nueva mirada que bailotea en los ojos de Don Ulysses, que habla de la nueva experiencia que ha vivido. Y que lo enorgullece.
El Cid
Dramaturgia e interpretación: Jorge Briano
Dirección: Leonardo Iturra
Escenografía y utilería: Jaime Carvajal
Iluminación: Mauricio Campos
Vestuario: Verónica Garrido y Susana Silva
Visuales: Gonzalo Muñoz
Personaje Jimena: Francisca Díaz
Producción: Universidad Católica de la Santísima Concepción (UCSC)
Teatro Bio Bio
Avda. Costanera Raúl Silva Henríquez 477, Concepción. Región del Bio Bio. Jueves, viernes y sábado, 20.00 horas.
Entrada general $ 5.000.
Hasta 28 mayo 2022.
