Al interior de un ambiente escénico donde las melodías se alternan con las emociones balanceadas, incluso, en sordina, “Arrau, el otoño del Emperador” recuerda y rinde homenaje al gran pianista chillanejo en la sala del Teatro Municipal de Santiago que lleva su nombre desde 1984.

Por Leopoldo Pulgar Ibarra

En realidad, lo musical en esta propuesta no sólo lo aporta como es lógico el excelente pianista Ángelo Solari, cuyas interpretaciones acompañan esta obra de principio a fin.

Desde que el actor Tito Bustamante pronuncia el primer texto en el rol Claudio Arrau (1903-1991), Premio Nacional de Arte 1983, la sonoridad de las palabras llega al espectador como una sólida cadencia de pensamientos, reflexiones, nostalgia e incertidumbre frente al futuro.

Porque lo eufónico de la escritura en esta obra no sólo se manifiesta como un pulso agradable al oído: también es funcional ya que busca dibujar un perfil cercano y creíble del gran pianista chileno, modulando elementos biográficos sin idealizaciones y buscando cubrir su complejidad creativa.

“Arrau, el otoño del Emperador” es una producción que el Teatro Municipal de Santiago encomendó a la dramaturga Ximena Carrera y al director Francisco Krebs como homenaje en el aniversario 100 años del debut del virtuoso músico chillanejo y conmemoración en los 30 años de su muerte.

Conflictos y conductas

Música y teatro, presente-futuro y pasado, vibraciones interiores y entornos relevantes, historia vivida y por vivir son algunos de los territorios de la vida personal y artística de Arrau que se recorren en este montaje.

Lejos de lo documental, los hitos seleccionados presionan la personalidad del pianista y develan su capacidad para enfrentar situaciones conflictivas, aparentemente, sin dejar de lado la actitud serena.

Y, aunque como es natural, manifiesta también inquietudes y temores, el desasosiego parece enmarcarse en una partitura que sabe leer, incluso, en el ocaso de la vida.

Tal vez todo se deba a un fuerte y bien centrado ego que disfruta de los recuerdos de niño genio musical y, posteriormente, del reconocimiento artístico y la fama mundial, como también del amor y los hijos, atemperado por los episodios más duros como los vividos durante la segunda guerra europea y la muerte como posibilidad cercana.

Ancla actoral

Por su parte, el director mantiene en la obra el pulso musical equilibrado y sonoro que propone el texto y se preocupa que la reflexión que generan los diálogos se estacionen algunos segundos, de modo que se mantenga de principio a fin el interés por lo que se dice, siempre girando en torno a ideas, sucesos, sentimientos y emociones.

No es raro que Tito Bustamante sea la sólida ancla actoral en esta travesía teatral y musical, mientras que la actriz Paloma Moreno, como la nieta periodista de Arrau, aporte una arista con grados de ficción y levedad que se complementan con el aire sensible, sencillo, dialogante y humano que transfiere la obra.

Es posible que no sea el “Arrau verdadero” el que se construye en esta propuesta y lo más probable no sea ese el objetivo de los realizadores: sí este montaje entrega la percepción sobre una persona respecto de las controversias íntimas de un ser humano en la etapa postrera de su vida, esa que obliga a la nostalgia, a reafirmar la autonomía y a desligarse de los lazos menos sólidos con el mundo exterior, los aplausos y la consideraciones, siempre con la música en sus manos y oídos.

Arrau, el otoño del Emperador
Patricio Melo

Arrau, el otoño del Emperador

Dramaturgia: Ximena Carrera
Dirección: Francisco Krebs
Elenco: Tito Bustamante (Arrau), Paloma Moreno (Ana), Paola Volpato (Lucrecia, La Carreño, Ruth),

Francisco Ossa (Hans, Montt)
Pianista: Ángelo Solari
Curatoría de vestuario: Pablo Núñez
Iluminación: Ricardo Castro
Producción: Teatro Municipal de Santiago

Sala Arrau
Teatro Municipal
Agustinas 794.
Sábado 21, 20.00 horas; domingo 22, 18.00 horas.
Entrada general $ 20.000.
Hasta 22 mayo 2022.