Por Leopoldo Pulgar Ibarra
En realidad, lo musical en esta propuesta no sólo lo aporta como es lógico el excelente pianista Ángelo Solari, cuyas interpretaciones acompañan esta obra de principio a fin.
Desde que el actor Tito Bustamante pronuncia el primer texto en el rol Claudio Arrau (1903-1991), Premio Nacional de Arte 1983, la sonoridad de las palabras llega al espectador como una sólida cadencia de pensamientos, reflexiones, nostalgia e incertidumbre frente al futuro.
Porque lo eufónico de la escritura en esta obra no sólo se manifiesta como un pulso agradable al oído: también es funcional ya que busca dibujar un perfil cercano y creíble del gran pianista chileno, modulando elementos biográficos sin idealizaciones y buscando cubrir su complejidad creativa.
“Arrau, el otoño del Emperador” es una producción que el Teatro Municipal de Santiago encomendó a la dramaturga Ximena Carrera y al director Francisco Krebs como homenaje en el aniversario 100 años del debut del virtuoso músico chillanejo y conmemoración en los 30 años de su muerte.
Conflictos y conductas
Música y teatro, presente-futuro y pasado, vibraciones interiores y entornos relevantes, historia vivida y por vivir son algunos de los territorios de la vida personal y artística de Arrau que se recorren en este montaje.
Lejos de lo documental, los hitos seleccionados presionan la personalidad del pianista y develan su capacidad para enfrentar situaciones conflictivas, aparentemente, sin dejar de lado la actitud serena.
Y, aunque como es natural, manifiesta también inquietudes y temores, el desasosiego parece enmarcarse en una partitura que sabe leer, incluso, en el ocaso de la vida.
Tal vez todo se deba a un fuerte y bien centrado ego que disfruta de los recuerdos de niño genio musical y, posteriormente, del reconocimiento artístico y la fama mundial, como también del amor y los hijos, atemperado por los episodios más duros como los vividos durante la segunda guerra europea y la muerte como posibilidad cercana.
Ancla actoral
Por su parte, el director mantiene en la obra el pulso musical equilibrado y sonoro que propone el texto y se preocupa que la reflexión que generan los diálogos se estacionen algunos segundos, de modo que se mantenga de principio a fin el interés por lo que se dice, siempre girando en torno a ideas, sucesos, sentimientos y emociones.
No es raro que Tito Bustamante sea la sólida ancla actoral en esta travesía teatral y musical, mientras que la actriz Paloma Moreno, como la nieta periodista de Arrau, aporte una arista con grados de ficción y levedad que se complementan con el aire sensible, sencillo, dialogante y humano que transfiere la obra.
Es posible que no sea el “Arrau verdadero” el que se construye en esta propuesta y lo más probable no sea ese el objetivo de los realizadores: sí este montaje entrega la percepción sobre una persona respecto de las controversias íntimas de un ser humano en la etapa postrera de su vida, esa que obliga a la nostalgia, a reafirmar la autonomía y a desligarse de los lazos menos sólidos con el mundo exterior, los aplausos y la consideraciones, siempre con la música en sus manos y oídos.
Arrau, el otoño del Emperador
Dramaturgia: Ximena Carrera
Dirección: Francisco Krebs
Elenco: Tito Bustamante (Arrau), Paloma Moreno (Ana), Paola Volpato (Lucrecia, La Carreño, Ruth),
Francisco Ossa (Hans, Montt)
Pianista: Ángelo Solari
Curatoría de vestuario: Pablo Núñez
Iluminación: Ricardo Castro
Producción: Teatro Municipal de Santiago
Sala Arrau
Teatro Municipal
Agustinas 794.
Sábado 21, 20.00 horas; domingo 22, 18.00 horas.
Entrada general $ 20.000.
Hasta 22 mayo 2022.