“El espacio público es donde se manifiestan y se construyen nuestras identidades colectivas” afirmaba el filósofo chileno Humberto Gianinni (1927 – 2014).
“Cuando en octubre del 2019 empezamos a ver cómo los muros, veredas, calles se llenaban de mensajes, pensamos que eso era historia. Historia que estaban escribiendo generaciones de jóvenes emergentes en el que de diversas formas pedían, exigían cambios para Chile… Esos muros eran parte de nuestra historia-país. No podían quedar en el olvido, había que hacer un registro y para eso fotografiamos muchos de esos muros; también pedimos a fotógrafos-caminantes ocasionales que nos enviaran fotos de Santiago y de otras ciudades… Santiago no es Chile”, dice Pelagia Rodríguez, una de las impulsoras del proyecto.
Llegaron a recopilar cerca de 3.500 fotografías para seleccionar 300. Luego vino el desafío y el proceso de investigar, comparar editoriales, escuchar consejos de diseñadores, fotógrafos, etc. Luego vino el proceso de diseño y producción fotográfica del libro.
Sin embargo, en la etapa final, ha surgido el factor económico, que no está resuelto. La idea entonces es financiarlo a través de un crowdfunding (recaudación de fondos), para terminar de concretar esta iniciativa que no es solo nuestra, sino de todes los que dejaron en los muros su pensar, sus sueños, sus derechos.
Rodríguez (c)
Los primeros meses del estallido social se concentraron en lo que ocurría principalmente en las calles, un acontecimiento inédito para el país, que después de una larga dictadura y una transición negociada,tuvo grandes manifestaciones, como el 2006 con la revolución pingüina; as manifestaciones estudiantiles del 2011 y el movimiento no más AFP con una marcha multitudinaria en marzo de 2019.
Sin embargo, en octubre de 2019 y los meses siguientes han marcado un periodo significativo y esperanzador para unos y para otros una pesadilla.
“Paredes que hablan” da valor a manifestaciones efímeras, que se borran unas a otras con el paso del tiempo y la urgencia de nuevos mensajes, luego son mandadas a pintar por intendencias y municipios, y finalmente solo quedan estos y otros registros tomados con premura para preservar esta memoria. Por eso, este libro es un testimonio de esas voces que vale la pena recordar para volver a escuchar.
Quienes quieran comprar el libro (“en verde”) o hacer un aporte pueden hacerlo en: https://www.catapulta.me/campaigns/paredes-que-hablan-chile
