Javiera (Daniela Ramírez) es una astrónoma que regresa después de 6 meses de trabajar en los observatorios del norte del país a la costa de la zona central, para reencontrarse con su hijo de 9 años Samir (Samir Sukni) y José (Néstor Cantillana), padre del niño y de quien se está separando.

“No basta con amar”, de Cristián Mamani, se centra en esta mezcla reencuentro y desencuentro, donde los sentimientos, la historia común, el desarrollo personal (profesional), los deseos y el deber ser se confunden, generando diversos conflictos antes de dar luces de salidas a situaciones sentimentales, emocionales y prácticas complejas.

No basta con amar, BF Distribution (c)
No basta con amar, BF Distribution (c)

Con una gran pareja de actores y Samir Sukni que responde a los requerimientos, “No basta con amar” se inscribe en esa línea de cintas chilenas que abordan conflictos familiares (varias de ellas ambientadas en el litoral), de pareja, que están en el proceso de definirse, de toma de decisiones (más que de resolverse).

“No basta con amar” se deja ver, con algunas hermosas escenas, pero queda en deuda. Primero con escenas que sobran, pero en especial con algunos problemas de guión (no se entiende, por ejemplo, que Javiera no vea en seis meses a su hijo -no hay trabajo que explique eso como tampoco la relación que mantiene con su hijo- o qué ha fracturado la relación de la pareja) como el hecho de dejar en el aire temas centrales en este conflicto, como son la paternidad, maternidad y la relación hijo-padre e hijo-madre, que en la cinta se abordan y resuelven sin profundidad.

No basta con amar, BF Distribution (c)
No basta con amar, BF Distribution (c)

Finalmente, el título tampoco corresponde mucho con la película, y puede remitir a un clásico chileno (“Ya no basta con rezar”, 1972, de Aldo Francia) sin razón aparente.