Tal como advierte Leonidas Rubio en la contratapa del libro, en la poesía de Alejandra Ziebrecht hay “movimientos por noches, habitaciones, cuerpos que se encantan y desencantan, diálogos, referencias, sueños y calles que configuran su propio mapa…”. Una oportuna advertencia para aventurarse de buena gana en La Barca de los Conjuros.

Por Marcel Socías Montofré

Lo primero es el ritmo. Ese movimiento poético que logra Alejandra Ziebrecht sin necesidad de acudir a las campanas de la rima. Lo suyo es mejor. Casi un verso en prosa que suena mejor. Son campanas escritas que logran movimiento, marejada y estilo propio y a punto de zarpar, invitando a quien lo desee a compartir lectura, experiencias de vida y hasta mirada de empatía.

Así también hay invitación a compartir aldea para ser universal. Porque en la poesía de Alejandra Ziebrecht hay referencias de su inmediato geográfico como también de sonetos y sonatas universales: “Viene de un preludio de Chopin / viene del piano de Roberto Bravo / viene de los tiempos en que poseíamos / sin conocer la belleza pero buscándola…”.

Por cierto, la poesía y barca de Alejandra Ziebrecht también se avecina desde Concepción. Y se nota. Sin duda se nota un trabajo más elaborado, lejos de los arquetipos de la “poesía criolla” y más cerca de un verso que suena único. Eso es lo que se agradece, independiente que el lector concuerde en que todos los poemas son una maravilla. Tal vez no todos lo son. Pero seguro que todos son con voz propia. La de Alejandra Ziebrecht.

“O quizás era más simple que todo eso / jamás dejamos las páginas que secamos en la Barca / jamás dimos paso al desgano de los vencidos”, como aclara la propia Alejandra Ziebrecht en su Racconto.

Y esa es otra buena sensación de leer La Barca de Los Conjuros. Hay un relato. Una línea de tiempo casi cinematográfico donde confluyen intimidades y paisajes reconocibles. Comprensibles. Sin el abuso de la retórica. Con la pulida edición de la poeta que busca comunicar.

No por nada comienza dedicando su libro “al amor y al desamor. Porque ambos conspiran con el poema”.

No por nada. De poesía mucho.

La Barca de los Conjuros, Ediciones Contra Maestre (c)
La Barca de los Conjuros, Ediciones Contra Maestre (c)

La Barca de los Conjuros
Alejandra Ziebrecht

Ediciones Contra Maestre
2018