Realizadores audiovisuales y profesores de cine creen que el cine vertical ganó terreno, gracias a una generación que prefirió quedarse con la posición natural del smartphone en la mano y la oferta de redes sociales como Instagram y WhatsApp.

Estas plataformas, que privilegian cercanía y un cuadro que se centra en el protagonista más que en su entorno, han dado auge a una nueva narrativa que la Universidad Academia de Humanismo Cristiano (UAHC) y el Museo de la Memoria enseñarán en un taller gratuito de registro documental y edición vertical, dirigido a estudiantes de enseñanza media.

El éxito de Facebook como líder indiscutido en cuanto al número de usuarios, con 2.271 millones activos, debe contarse a la fama de Instagram con 1.100 millones, plataformas que comparten el mismo dueño. En ambas, se privilegia comúnmente el uso de videos verticales.

Sólo recientemente se ha permitido subir videos en posición horizontal mientras otras redes crecientes como la china Tik Tok, privilegian los videos verticales que es la posición en la que la mano del usuario realiza el scroll naturalmente por horas.

Durante el lanzamiento de la extensión de su App IGTV, Instagram defendió el uso de los videos verticales y predijo que estos jamás desaparecerán porque la principal virtud de estos registros es la “sensación más cercana y personal” de quien graba y quien es registrado.

Si bien aún hay defensores acérrimos por la amplitud del campo, a una mayoría generacional le es indiferente un formato que tributa a la pantalla de cine, en tiempos en que lo digital ya olvida el antiguo telón.

El director de la carrera de cine de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano, Miguel Ángel Vidaurre, es un amante del viejo formato, pero comprende que los tiempos del espectador y el realizador también van cambiando.

“¿Por qué formato vertical? Esa ha sido una discusión bien interesante que se ha dado porque incluso a uno lo corrigen cuando graba y se dice siempre que se debe registrar de manera horizontal, porque es el ‘formato cine’, por decirlo de algún modo. Pero investigando y viendo festivales afuera, uno nota que el celular se construyó para ser vertical. Uno lo gira, para seguir el modelo del cine, pero en general cuando uno graba en celular, registra lo que va a ver después en el mismo celular y no en una pantalla de cine”, cree sobre este hábito creciente entre los millennials o los usuarios mayores, por igual.

El realizador del documental “Gringo Rojo” va más allá, comparando formatos digitales con los de siglos pasados y sus cambios respectivos: “Lo interesante es que si uno presiona esa vía y empuja a la gente a filmar verticalmente, se produciría un cambio en términos de uso de espacio y proporciones. Es decir, si filmo verticalmente ya no tengo esa espacialidad de la pintura clásica típica que es propia de lo horizontal, ahora me acerco a una verticalidad donde debería aparecer otro tipo de narración”, cree.

También desde el interior de la industria, Rodrigo Quevedo, el director y productor de TV, defiende este formato más orgánico del celular parado como parte de una visión tecnológica y cultural propia de los más jóvenes. Aunque no es su caso, aclara.

“Creo que netamente es un tema generacional dictado por la evolución tecnológica de los smartphones en términos de diseño también. Desde hace un tiempo se nos acostumbró a manipular todo de manera vertical, a eso, también ha afectado narrativamente la dinámica de las historias tanto en Instagram, Facebook o WhatsApp”, dice sobre el típico registro del recital, las conversaciones de videollamadas o el de los cazanoticias, entre otros formatos donde prima más el instante que el encuadre.

Rodrigo Quevedo | Cedida
Rodrigo Quevedo | Cedida

“Este tipo de usos también ha llevado a este usuario a profesionalizar esta técnica vertical”, cree este desarrollador de contenidos de docurrealidad como “Hacedor de hambre” de TVN, “Aventura 4×4” y otros programas deportivos. “Por otro lado, creo que, como las personas percibimos las imágenes a través de la vista de manera horizontal, la manera vertical resulta más llamativa e incluso permite enfocarse más en el objeto registrado dependiendo del contenido y contexto”, considera Quevedo.

Una nueva mirada para el documental

En medio del auge de esta cultura audiovisual potenciada por el uso de teléfonos portátiles y redes sociales, la UAHC en conjunto con el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos realizarán un taller gratuito de registro documental y edición vertical dirigido a estudiantes de enseñanza media.

La temática principal de este curso será la migración y sus protagonistas dentro de la iniciativa denominada “El derecho humano a ser migrantes” que es el marco de la curatoria de todo este año en el espacio de Matucana.

Los trabajos resultantes del taller pueden formar parte de la selección para la Competencia de Cortometrajes Verticales que tendrá lugar en la Muestra de Cine Migrante a realizarse en el Museo de la Memoria entre el 23 y 27 de octubre.

El director de la Escuela de Cine de la UAHC, Miguel Ángel Vidaurre, destaca que la importancia de este tema como motivo de creación y su vínculo con la tecnología audiovisual, adquiere una importancia capital: “En términos socio culturales, hace años que no teníamos una referencia así en términos de cambio poblacional, de criterio, etcétera. Los colegios ahora son lugares donde buena parte de la población es migrante y consideramos que la conexión entre lo migrante y el celular es algo muy directo, porque es un tema que se da todos los días”, señala.

El taller, que es completamente gratuito, entregará herramientas técnicas para la creación de cortometrajes documentales y/o de ficción, realizados con celulares en formato vertical y principalmente sensibilizar a estudiantes secundarios sobre la temática migrante. Para la inscripción en el taller, se debe completar el formulario disponible en www.academia.cl y enviarla al mail comunicaciones@academia.cl

Las fechas del taller están contempladas para los días sábado, entre el 3 de agosto y el 7 de septiembre de 10:00 a 13:00 horas en la Facultad de Artes ubicada en Huérfanos 1869, Santiago.