“…esta vida de mujer que soñé a imagen de la felicidad de mi madre” (pp 42)

En 1852 Volx, un pequeño pueblo francés, se quedó sin ningún hombre. Una joven de 16 años en ese entonces, que perdió a su padre y a su prometido, escribió este breve libro en 1919, cuando Volx volvió a perder a todos sus hombres debido a la Primera Guerra Mundial.

A fines de 1851 Luis Napoléón Bonaparte da un autogolpe de Estado y de presidente se transforma en Napoleón III, un dictador.

El pueblo de Volx, como en muchos otros lugares de Francia, se opone y resiste la dictadura liderados por Ailhaud, guardia de aguas y bosques. Pero son derrotados, y todos los hombres son deportados o asesinados. En el pueblo sólo quedan mujeres, ancianos y niños.

Aisladas por las condiciones del lugar y de la época, y por miedo, a medida que pasa el tiempo, las mujeres se dan cuenta que pueden trabajar, subsistir, pero que eso no basta.

“El deseo de vivir está dentro de mí.” (pp 37)

Llegan entonces a un acuerdo. El primer hombre que llegue por esas tierras, será de la mujer que primero aborde, pero luego será de todas las que necesiten procrear para continuar la vida.

El primer visitante elige a Violette, pero “Debía ser también el hombre de las otras, el semen del pueblo.” (pp 38)

Violette Alhaud escribe sobre esa complicidad femenina ligada a la vida, a la sobrevivencia, a lo más profundo. Sexo -y amor- para ser mujer, para ser vida, ser parte de la tierra, de los ciclos naturales.

“Cada mujer guarda en ella ese secreto que no comparte pero que las otras adivinan, porque ese nacimiento condiciona su vida de mujer en su relación con el hombre” (pp 41)

Así, “Es la vida quien penetra en la tierra y en mi cuerpo.” (pp43)

Violette Alhaud

Violette Alhaud, hija del guardia de aguas y bosques y líder de la resistencia a la dictadura de Napoleón III, tenía 16 años cuando vivió tan duros momentos. En 1919 decidió, a los 84 años, escribir la historia del pueblo sin hombres, cuando Volx sufrió por seguna vez, en 70 años, la misma tragedia. La Primera Guerra Mundial volvió a “llevarse” a todos los hombres.

Por disposición de la autora, el manuscrito no podía abrirse antes del verano de 1952 (100 años después de los hechos relatados) y debía entregarse a la mayor de alguna de sus descendientes (tenía que ser una mujer) que tuviera entre 15 y 30 años.

Cuando fue publicado, “El hombre semen” fue un gran éxito. Hoy, a cien años de su escritura, el libro adquiere una extraña actualidad. No por la ausencia o desaparición de los hombres (aunque sí por un fuerte cuestionamiento del machismo y sus violencias asociadas), sino por muchos de los conceptos e ideas planteadas por Violette Alhaud, como pueden ser la maternidad, tipos de familia, la necesidad de sobrevivir y, claro, como dice el título, el rol y función de los hombres.

El hombre semen es un libro corto, bien escrito, íntimo y, al mismo tiempo, de una sabiduría que permite abordar temas universales que sólo se puede entender en (una comunidad de) mujeres de pueblo que deciden, más que sobrevivir, continuar dando vida.

Edicola Ediciones (c)
Edicola Ediciones (c)

Gran libro.

El hombre semen

(L´Homme semence)
Violette Ailhaud

Traducción: Caroline Stammy y Galo Ghigliotto
Edicola Ediciones
Tercera edición, abril de 2018
Santiago de Chile