“Pueden vivir de lo que ellos aman, ser felices porque hacen lo que aman”, afirma este cultor del Bodyboard que surgió de una población estigmatizada de Antofagasta y que hoy trabaja con niños en riesgo y está organizando la etapa más importante del mundial de la especialidad.

Arturo Soto vivió en su preadolescencia solo en una casa en la población El Golf de Antofagasta. De ahí comenzó una larga historia que lo vincula al mar y al Bodyboard, y lo ha llevado de enseñar a niños de su barrio a organizar la etapa más importante del mundial de la especialidad: el Gran Slam Antofagasta Bodyboard Festival 2019, que se desarrollará entre el 4 y el 14 de julio, con unos 200 competidores de todo el mundo.

“Uno de mis alumnos, Claudio Alquinta, me dijo “voy a estudiar y te voy a ayudar”. Hoy es psicólogo y forma parte de Burdeo”, relata Arturo Soto, explicando que de los 30 niños a los que partió -intuitivamente- enseñando, 15 son parte de la organización y los demás están en las drogas, dilinquiendo o en la cárcel.

Burdeo, la organización creada para trabajar con niños de barrios vulnerables, acaba de realizar -con la UC del Norte- un proyecto piloto con 50 niños de la Escuela Ecuador, que les ha permitido sistematizar y crear un modelo que han plasmado en un libro. Experiencia que esperan ampliar a unos 200 niños y que pueda ser replicada en otros lugares.

“Nosotros venimos de los problemas y sabemos cómo resolverlos”, “con o sin las autoridades lo vamos a hacer igual”, afirma el director de la Escuela de bodyboard Budeo Club, “nadie se está haciendo cargo del problema, hay “enjambres” de niños a los que quieren hacer delincuentes”.

Después de siete años realizando una etapa del mundial, lograron apoyo estatal.