En realidad, la directora Paula González, con delicadeza y decisión, pone la obra en el único lugar posible: al servicio de la aguda lucha de resistencia mapuche.

Por Leopoldo Pulgar Ibarra

Fuerte y despreciativa es la carga que tiene la palabra trewa (perro) en la lengua y cultura mapuche cuando se utiliza para referirse al huinca y al traidor a su causa.

El mismo sentido que le otorga la cia. KimvnTeatro, que dirige Paula González (“Ñi pu tremen”, “Ñuke”), en un montaje donde la solidaridad se cruza con la traición, descubierta durante un episodio cotidiano.

Mayor es la paradoja si la propuesta instala en un ambiente casero a un grupo humano cálido en la bienvenida y generoso al momento de compartir el alimento.

Más aún en la obra de una compañía que tiene el diálogo como soporte y traspasa a la escena el rito mapuche y un ritmo de vida sin estridencias de sus personajes… hasta el estallido.

“Trewa” se inspira en crímenes y abusos del Estado chileno en la Región de la Araucanía, entre otros, el falso suicidio de Macarena Valdés, una activista del medio ambiente, y en la búsqueda de justicia para el niño Hernández Huentecol, todavía con 100 perdigones en su cuerpo, disparados por un policía.

En este proyecto escénico participaron investigadores del Centro de Estudios Interculturales e Indígenas, aproximándose al tema desde lo antropológico, sicológico, sociológico e histórico, base de la dramaturgia colectiva.

TREWA, foto de Danilo Espinoza (c)
TREWA, foto de Danilo Espinoza (c)

Testimonio vivo

Político y testimonial es el teatro de este grupo que, en este caso, enfatiza sobre la discriminación y la violencia diaria del Estado chileno hacia las comunidades originarias.

Un teatro que se construye desde el alma mapuche del elenco, recurriendo a la materialidad realista y a la ficción, con sencillez y sin exacerbar, para dar vida y presencia al idioma, a la música, al humor y al silencio.

Y a la denuncia pública y política, a través de un elemento central de la obra: la referencia a las Patrullas de acercamiento a las comunidades indígenas (PACI), un experimento de inteligencia del Estado para dibujar la doble cara de amigo y represor del funcionario policial de origen mapuche, sinónimo de traición.

Lo vívido y documental se presenta también cuando alrededor de la mesa de la cocina se conversa sobre la nueva autopsia del cuerpo de Macarena Valdés y sobre la legitimidad de trabajar para las eléctricas de la zona.

Dos temas que originan discrepancias, con la mayoría en una posición férrea de condena al crimen y rechazo a las empresas.

La obra no reflexiona sobre el origen y causa de la traición de uno de sus hermanos ni en el conflicto ético y práctico que subyacen en esas opciones y conductas.

Un segundo factor también paradojal es la presencia del espíritu de Macarena, que se entremezcla con sus amigos y parientes, mientras mira y se emociona a la espera de algo de justicia.

Esta presencia, tal vez coincidente con una cosmovisión originaria, completa una propuesta de contrastes, valiosa y provocativa, donde lo real-real se funde con las imágenes y la ficción.

TREWA, foto de Danilo Espinoza (c)
TREWA, foto de Danilo Espinoza (c)

En realidad, la directora Paula González, con delicadeza y decisión, pone la obra en el único lugar posible: al servicio de la aguda lucha de resistencia mapuche.

TREWA

Dirección:Paula gonzález
KimvnTeatro

Teatro UC
Jorge Washington 26. Miércoles a sábado, 20.30 horas.
Entrada general $10.000; súper jueves $ 7.000; adulto mayor y Alumno UC $ 6.000; estudiantes y miércoles popular $ 5.000.
Hasta el 27 de abril.