El director de cine y de teatro ruso Kirill Serebrennikov, en arresto domiciliario desde agosto de 2017 sin teléfono ni internet, podrá volver a los escenarios y platós cinematográficos después de que el tribunal que lo juzga por malversación decidiera levantarle la pena este lunes.

La decisión pronunciada por un juez del tribunal de Moscú deja libre al director, que rechaza las acusaciones contra él, y que ahora podrá moverse libremente pero sin abandonar la capital rusa.

“Esto significa que continuará viviendo en su apartamento de Moscú, pero podrá salir para ir a trabajar”, dijo a la AFP uno de sus abogados, Dmitri Kharitovov.

El tribunal también tomó la misma decisión para otras dos personas acusadas en el caso, que el mundo de la cultura considera un nuevo ataque de los medios conservadores contra la creación artística.

Serebrennikov, director artístico del Centro Gogol que transformó en punto neurálgico de la cultura contemporánea en Moscú, dijo que primero “celebraría” su liberación y luego volvería rápidamente a su actividad, a pesar de que desde su arresto domiciliario fue capaz de trabajar en varias películas y espectáculos.

“No es muy fácil psicológicamente, pero hay muchas cosas que hacer. Tenemos espectáculos, ensayos”, dijo el director de Leto, una película ovacionada el año pasado en el festival de Cannes, en declaraciones a la agencia Interfax.

En un video desde la corte publicado por el medio digital independiente Meduza, se ve a Serebrennikov levantando el puño en señal de alegría cuando el juez anuncia la decisión.

“No está todo acabado. Necesitamos seguir adelante para probar nuestra total inocencia”, afirma luego en el video, fuera de la corte.

Serebrennikov está siendo juzgado por desvío de fondos públicos tras presuntamente haber desviado unos 130 millones de rublos (1.274 millones de pesos chilenos) de subvenciones públicas destinadas a su teatro en Moscú, con un sistema de presupuestos y facturas falsas entre 2011 et 2014.

Clamor internacional por su liberación

El primer día del juicio, en noviembre, el fiscal lo acusó de haber coordinado “un grupo criminal” con el objetivo de enriquecerse personalmente.

Pero el director respondió que sólo se ocupa de “procesos artísticos y de la creación de programas” y aseguró que no había robado nada.

Serebrennikov fue detenido el 22 de agosto de 2017 de madrugada cuando estaba rodando una película en San Petersburgo. Luego fue puesto en arresto domiciliario.

Desde entonces personalidades culturales de Rusia y de todo el mundo pidieron la retirada de las acusaciones que pesan contra él.

Según sus partidarios, Serebrennikov es víctima de su libertad de creación y de sus obras de teatro a veces polémicas, que mezclan política, sexualidad y religión, en un país donde las autoridades promueven los valores tradicionales y conservadores.

Como consecuencia de su arresto domiciliario, el director no pudo presentar su película en Cannes en mayo pasado, donde fue aclamada por la crítica. El montaje del film tuvo que terminarlo en su casa.

En diciembre de 2017 tampoco pudo asistir al estreno de su ballet “Noureev”, que se representó en el teatro Bolshoi de Moscú, sobre el bailarín soviético que pasó a occidente en 1961. La polémica sobre el espectáculo obligó a retrasar seis meses su estreno.

En marzo se estrenó en Hamburgo (Alemania) su versión de la opera de Verdi “Nabucco”.

Para prepararla, filmaban los ensayos con teléfono móvil y los enviaban al abogado del artista, que los llevaba a su casa en lápices de memoria. Kirill Serebrennikov filmaba por su parte sus comentarios, que luego transmitían a Hamburgo.

Georges Delnon, el director artístico de la Ópera estatal de Hamburgo, se declaró “muy feliz” por la liberación.

“Deseo a este artista excepcional que este sea un primer paso hacia la libertad total y la rehabilitación”, dijo Delnon a la AFP.