Como ya es costumbre, la nueva portada de la revista The New Yorker se convirtió en viral tras retratar como ninguna otra el último escándalo de la contingencia estadounidense: la denuncia por abuso sexual de la profesora Christine Blasey Ford contra el juez Brett Kavanaugh, designado por Donald Trump para integrar el Tribunal Supremo de dicho país.

La autoría de la ilustración (el sello artístico de las portadas de The New Yorker) recayó en la española Ana Juan, célebre en el mundo editorial por sus colaboraciones con la revista. Sin embargo, la historia tras el dibujo refleja cómo las denuncias por abuso sexual se han convertido en una constante del último año.

30 minutos

La idea original era que el dibujo fuese la portada de un número especial de The New Yorker dedicado al movimiento #MeToo, lo que finalmente nunca ocurrió. En la tapa, se mostraba el retrato de una mujer cuya boca, en tonos de lápiz labial rojo, se reducía a una mano que la silenciaba. Corría el año 2017.

“Más tarde, S Moda me pidió una ilustración para un reportaje sobre cómo diferentes ilustradoras veíamos a la mujer en 2018, y adapté uno de aquellos bocetos a la ilustración que me pidieron”, contó la artista al propio portal S Moda.

La portada de Ana Juan para S Moda.
La portada de Ana Juan para S Moda.

Ana Juan nunca pensó que justo un año después, a raíz del bullado caso Kavanaugh, la editora de arte de la revista recordaría dicho bosquejo para ilustrar las presiones que recibió la profesora de Silicon Valley tras su denuncia al reputado juez. El único problema fue que cuando la contactaron, la ilustradora no pudo encontrar el dibujo original.

“No fui capaz de encontrar el dibujo ni el archivo. Eran las seis de la tarde y le dije a la editora que podría hacerlo de nuevo. Ella me respondió que cada minuto de retraso costaba una fortuna. Así que le pedí treinta, me los dio y con un lápiz, color acrílico y ceras, tuve la portada lista en media hora”, recuerda la artista.

Tras su publicación, la tapa no pasó desapercibida y tuvo un considerable feedback del público femenino. “Una voz para las mujeres que no la tienen”, fue la descripción que escogió Ana Juan para describirla.

“Que Christine Blasey Ford se haya atrevido a denunciar es muy importante para que muchas personas se atrevan a hacer lo mismo o por lo menos se sientan reflejadas en ella y consoladas. Es importante que veamos que denunciar puede funcionar. Y, en este caso, intentar derribar a Trump”, comentó Ana.

Sobre la popularidad que le ha traído la portada, la española aclara: “Me impresiona pensar hasta dónde está llegando la portada por la cantidad de mensajes que me están llegando de muchísimos lugares. Pero prefiero no pensarlo mucho. Solo si sirve de algo es con lo que me voy a quedar siempre”.

Para algunos, el éxito de la ilustración radica en las historias que ocultan las mujeres que la miran. “Gráficamente es bastante rotunda, el mensaje queda claro y a la gente le llega. Muchas personas me dicen que en esta imagen dentro de la tristeza hay belleza”, dijo.