A 7 años de su muerte, el fotógrafo norteamericano Blake Wood publicó una inédita serie fotográfica que muestra una de las etapas más desconocidas de Amy Wihnehouse: cuando estuvo libre del consumo de drogas.
Se trata de una colección de 2009 que la muestra de vacaciones en la isla caribeña de Santa Lucía, en compañía de amigos, y que dio pie para un libro que publicará la editorial Taschen.
“El sol de la mañana parecía mitigar cualquier preocupación. El batir de las olas generaba una agradable brisa y me giré para mirar a Amy. Irradiaba una calma que raramente había visto el año anterior”, recordó el fotógrafo sobre la sesión en diálogo con el diario español El Mundo.
“Quería mostrar que no todo fue malo en aquellos años, que estuvieron llenos de momentos buenos y divertidos. Y quería enseñarla a ella de una forma que nadie había visto antes, su belleza natural. Ella no sabía lo hermosa que era. Intenté decírselo, pero no era muy buena aceptando piropos”, agregó Blake, quien retrató a Amy años antes que la drogadicción a cuestas se hiciera evidente en su cuerpo.
Kelly Osbourne, hija de Ozzy, fue la responsable de presentarlos. Así, Blake y Amy cultivaron una amistad que duró hasta su muerte. “No tenía interés en hacerle fotos durante sus crisis de salud o consumiendo drogas. Ésa, para mí, no representaba su esencia”, comentó Wood.
“En esas imágenes no hay dirección artística; se hicieron con luz natural y la mayoría son espontáneas”, contó a El Mundo. Nancy Jo Sales, periodista y prologuista del libro, complementó la idea: “Vemos a una mujer joven que se siente relajada, fuerte y, sobre todo, a gusto con la persona detrás de la cámara. Mira fijamente al objetivo, revelando un pozo de emociones en el fondo de sus problemas”.
A pesar que el libro da cuenta del lado amable de la cantante, más tranquila y en sí misma y lejos del consumo de drogas, Wood también deja entrever los difíciles días que atravesaba la cantante.
“Recuerdo que una vez, de noche, le quité la bebida para que parase. Le dije: ‘Disfrutemos de la cena’. Se giró, me miró y me soltó: ‘¿Estás intentando vivir para siempre?’. Tenía ese latiguillo que podía ser muy divertido, pero también muy cortante”, contó el fotógrafo. Aquí algunas de sus imágenes:
