Una asistencia de público que superó todas las expectativas. Ese fue el balance de Womad Chile 2018, que registró más de 50 mil asistentes a los casi 30 shows de artistas de 22 naciones; entre ellos, 11 bandas chilenas en los 4 escenarios.
A su vez, fueron 19 los talleres que congregaron a cerca de 7 mil inscritos que confluyeron en el “Kid Parade”, un desfile compuesto de más de mil niños y jóvenes participantes de los diversos workshops de danza, percusión y distintas actividades artísticas del Festival Womad Chile 2018.
Los organizadores evaluaron positivamente el evento, desarrollado durante 3 días en la Plaza La Paz de Recoleta. “Tuvimos una asistencia extraordinaria e inesperada que confirma que este evento internacional ha madurado en Recoleta y que la música del mundo tiene un espacio en el público chileno. Además, estamos muy felices con comportamiento de los asistentes, que han entendido la lógica de respeto, integración cultural y sustentabilidad de este festival del mundo”, destacó Giorgio Varas, director de Womad Chile.
El cierre lo brindó el sirio Omar Souleyman, quien repletó la Plaza La Paz de Recoleta con una fanaticada que bailó al ritmo del electro pop.
La jornada dominical partió con Banda Conmoción, que armó la fiesta a pleno sol con su sonido portentoso y colorido. Como ya es tradición, hicieron su arribo al escenario tocando desde el público, de la mano de su formidable cuerpo de bronces y espíritu carnavalesco.
Daniel Jadue, alcalde de Recoleta, puso acento en el sello multicultural del Festival del Mundo: “Tenemos un festival que se ha ido consolidando en el imaginario colectivo de chilenos y chilenas como una oportunidad de descubrir el mundo desde Recoleta. Es destacable la cantidad de gente que ha venido, y esto va a marcar un hito y un punto de inflexión para que Womad comience a ser una fiesta de carácter nacional”, señaló.
El final del Festival de Música del Mundo contó, además, con Pekko Käppi & K:H:H:L; el músico de Magadascar, Kilema, que recorre el mundo con su marovany (una tabla acústica que recuerda al arpa); y los ingleses de Spiro, que mezclan la música de raíz con mandolina y guitarra acústica y una vocación decididamente rockera.
