Este relato ocurre al interior de una sala de teatro que será demolida, en el que habitan dos actrices ya maduras que quieren mantener la conexión con el lugar donde ejercieron su trabajo creativo.Esta obra es parte de la cartelera de Santiago a Mil 2018

Tienen una obsesión: encontrar el texto “El cerco de Leningrado”, obra que no pudieron estrenar debido a la extraña muerte del director, esposo de una y amante de la otra.

Asumen el recinto como la última trinchera desde donde defienden la dignidad como seres humanos y artistas, además de denunciar la sociedad de consumo, la cultura de lo desechable y la corrupción de las instituciones.

Una propuesta del Gran Circo Teatro, fundado por Andrés Pérez Araya, en 1988, compañía con más de cuarenta obras estrenadas en 30 años de vida.

Credibilidad

En esta obra que se basa en un texto y en actuaciones claras y directas, Priscila (la esposa) y Natalia (la amante) conviven con encuentros y desencuentros.

Aunque más de una vez caen en el consumismo que denuncian, poseen una ética de respeto, lejos de las intrigas y las disputas emocionales.

Son honestas, exhiben sus temores y frustraciones, aunque prevalece el entusiasmo, la alegría, una fuerte conciencia política y la necesidad de apoyarse.

A veces son algo pueriles y absurdas, adolescentes nostálgicas o reflexivas, soñadoras, enérgicas, convencidas y convincentes, porque no renuncian a querer ser felices.

El muro y las ventanas de un sector de la casona del Gran Circo Teatro, forman parte de la ambientación escenográfica del montaje. Otorga profundidad y ayuda a crear un espacio escénico que sugiere algo de tesoro escondido entre sus paredes.

Junto a la energía física que despliegan las actrices, la directora Ingrid Leyton se preocupa de modular el mundo interior de las protagonistas, lo que piensan y sienten respecto de la realidad que les toca vivir.

En “El cerco de Leningrado” (1994), del dramaturgo español José Sanchis Sinisterra, las actrices Rosa Ramírez y María Elena Ovalle, y la directora Ingrid Leyton, instalan sobre el escenario un instante de resistencia cultural y humana, a través de la credibilidad escénica que traspasa a actrices y personajes, razones y sentimientos, ficción y realidad.

Centro Cultural Gran Circo Teatro. República 301. Sábado 13 y domingo 20, 21.00 horas. Entrada liberada.