La obra de Wired Aerial Theatre (Reino Unido), con la dirección de Nigel Jamieson, reunión miles de espectadores en el Parque Intercomunal Padre Hurtado los días sábado y domingo recién pasados.

En ella, se ve un grupo de ajetreados funcionarios internacionales (Naciones Unidas) trabajando en forma incesante y cada vez más acelerada hasta que, poco a poco, el escenario se empieza a levantar desde a trás, haciendo que cosas y personas se vayan cayendo. Al poco rato, la superficie queda colgando en el aire, transformando se en el fondo sobre la cual actuarán 5 actores colgados. Cada actor es ayudado por una persona con la que está conectado por un cable, que trepando o bajando por unas suertes de escaleras, harán bajar o subir al actor o actriz sobre el telón.

Con un inicio espectacular y con algunos efectos notables, As the worl tipped es una denuncia de 50 minutos sobre los desastres ambientales y sus efectos en el planeta y las personas.
Vemos imágenes de inundaciones, sequía, deshielo de glaciares y del Polo Norte, cerros de basura, incendios, grandes edificios, miles de vehículos y datos en un sinfín agobiente, entre otros.

Entretenida y aplaudida, “As the worl tipped” puede pecar de efectismo, de falta de un guión, de una historia. Al final cae -o puede ser su intención- en lo mismo que muestra: un sinfín sin hitos, sin tiempo para detenerse y reflexionar. Y en unas frases finales, verdaderos eslogan de publicidad (o de campaña política) muy generales, que no dañan pero que tampoco movilizan o inquietan al espectador.