El tradicional Pueblo de Canela Baja, ubicado en el norte de la Provincia de Choapa, en la Región de Coquimbo, fue declarado Zona Típica de acuerdo al Decreto N° 383 publicado este jueves en el Diario Oficial.

La solicitud de protección patrimonial surgió tras el terremoto que tuvo como epicentro al poblado en 2015 y luego de constatar que sus construcciones, mayoritariamente en adobe, resistieron el cataclismo.

La característica central de esta Zona Típica es la autoconstrucción en tierra que responde a la necesidad de habitar y adaptarse al territorio, con un fuerte acento en la autogestión de los recursos y la generación endógena de conocimientos locales.

Esta forma de abordar la solución habitacional se manifiesta en uno de los mayores legados de su cultura local: el “mingaco”, construcción colectiva que desciende de las comunidades agrícolas o sucesoriales, que se remontan al periodo del asentamiento español en el siglo XVII.

Uno de los hitos del conjunto es la Iglesia Nuestra Señora del Tránsito, que data de principios del siglo XX, y que es una de las construcciones de adobe más antiguas de la localidad.

Canela tiene una población principalmente rural: un 81,4 por ciento de sus habitantes vive fuera del área urbana.
El área urbana de Canela está conformada por cuatro terrazas que descienden por la cota del cerro hasta llegar al lecho del río. La expansión de las viviendas, condicionada por la geografía, se concentra en la zona plana cercana a la huella del río y en otro sector con pendiente más cercano a los cerros. Estas distintas superficies condicionaron la morfología de las manzanas y la agrupación de las viviendas.

“El Consejo ha decidido la protección de Canela Bajo al constatar que su casco histórico se configura en base al trabajo colectivo de las comunidades agrícolas, que se materializa en el emprendimiento comunitario de las construcciones”, dijo Ángel Cabeza, director nacional de Bibliotecas Archivos y Museos y vicepresidente del Consejo de Monumentos Nacionales.
“Las viviendas albergan la memoria de quienes la construyeron, por lo cual se conforman como elementos identitarios de relevancia histórico y social”, agregó.

Cedida
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El crecimiento urbano de Canela Baja está determinado por las condiciones geográficas -río, ladera, cerros- configurando un crecimiento en terrazas poco frecuente en el desarrollo de poblados y ciudades derivados de la colonización española de los siglos XVI y XVII en el Valle Central de Chile, configurando un paisaje de relevancia histórica importante de preservar, que además corresponde a uno de los poblados más antiguos de la zona.

“Las viviendas del casco histórico de Canela Baja son en su mayoría construcciones en adobe, siendo de relevancia para sus habitantes, además del valor del sistema constructivo, las condiciones de habitabilidad que proporcionan dichas viviendas, comportamiento sísmico y térmico, todo lo cual conforma una unidad formal y el predominio de una arquitectura horizontal”, dijo por su parte Ana paz Cárdenas, Secretaria Técnica del Consejo de Monumentos Nacionales.

“La materia prima del adobe está disponible dentro del mismo territorio y puede ser fabricado por sus propios habitantes, cuyos conocimientos han sido transmitidos de generación y generación, derivando en una técnica constructiva que se mantiene vigente”, reafirmó.