Vas al museo. Entras. Lo recorres. Y en el trayecto te das cuenta que una de las pinturas que adornan los muros es sospechosamente parecida a ti. Aunque parezca difícil de creer, lo anterior ha ocurrido más de una vez en diversas salas de arte del mundo, para sorpresa de espectadores y críticos de arte.
Pero, ¿qué hacer frente a esta curiosa situación? La mayoría parece optar por una solución simple: retratarse en modo selfie, o pedirle una fotografía al guía de turno. En ambos casos, la reacción es la misma: una mueca de asombro y una sonrisa lúdica, como en un gesto de aprobación.
El sitio web BoredPanda recopiló las fotografías de estos curiosos momentos, en donde vemos a los visitantes junto a la obras de arte justo cuando se dan cuenta del parecido.
La muestra sirve también como un recorrido por los principales museos de Europa, como el Louvre o el Museo de Zúrich, entre muchos otros. A continuación, un repaso por esta galería de personas anónimas que, un día en el museo, se dieron cuenta que son muy parecidos a una obra de arte.