Hoy, el antipoeta chileno Nicanor Parra (San Fabián, 1914) cumplió 103 años, convirtiéndose así en el último sobreviviente del clan Parra Sandoval, el mismo donde provienen Violeta, Roberto y Eduardo Parra. Se trata de uno de los autores más trascendentes de la historia de la literatura local y uno de los más afamados del circuito iberoamericano, siendo un “candidato eterno” al Premio Nobel de Literatura.

El cumpleaños lo sorprende en el centenario del natalicio de su hermana Violeta, con quien tuvo estrecha relación familiar y artística. Así recuerda el propio escritor su relación con ella en el libro “Violeta Parra: la última canción” de Leonidas Morales, colaborador e investigador de la obra de Parra:

Lo absorbe, aprende ella por sí misma, y ve que entonces está en condiciones, a partir de esos datos, de ela­borar y de hacer proposiciones personales. Y al mismo tiem­po estimulada, apoyada siempre por el hermano mayor. Si la frase clave de ella que está ahí, se ha publicado varias veces: ‘Sin Nicanor no hay Violeta”, resume Nicanor el vínculo con su hermana.

Durante esta jornada, diversas instituciones y figuras públicas han rendido sus respetos al antipoeta en redes sociales, desde la Presidenta de la República Michelle Bachelet hasta el Instituto Cervantes, pasando por destacadas librerías del contienente y artistas visuales.

La ocasión también sirvió para recordar las frases más célebres del autor, que por estos días reside en su antigua casa de La Reina tras una larga estadía en el balneario de Las Cruces. ¿El motivo? Un cuadro de asma lo ha obligado a modificar sus rutinas cerca de la costa, para regresar al lugar donde se enteró de la muerte de su hermana Violeta en 1967.