Entre el 19 y el 25 de agosto, el Teatro Municipal de Santiago tendrá en su cartelera “La Cenicienta“, una ópera de Gioacchino Rossini que reinterpreta el legendario cuento que ha encantado a generaciones. Un “dramma giocoso” que nos revela las infinitas posibilidades del virtuosismo que caracteriza al “bel canto“.

Un adelanto de la trama: Angelina, una joven de nobles sentimientos, vive en el castillo de Don Magnífico, su padrastro, y sueña con escapar de su tiranía y la de sus hermanastras. La oportunidad vendrá con el príncipe Ramiro, quien desea encontrar una esposa entre las doncellas del reino.

Abundante de humor y música chispeante, “esta es una lectura más profunda donde asoman las pasiones y debilidades del ser humano y nos recuerda que el camino a la felicidad está lleno de peligros y escollos que la heroína superará airosa con el coraje y resiliencia necesarias para triunfar”, detallan desde el Municipal.

Este “dramma giocoso” (género de ópera común de mediados del siglo XVIII) posee dos actos y un libreto de Jacopo Ferretti, basado en el cuento de “La Cenicienta“, de Charles Perrault. El espectáculo fue estrenado por primera vez el 25 de enero de 1817 en el Teatro Valle, en Roma.

El director

José Miguel Pérez-Sierra es el director musical de esta coproducción de la Opéra de Rennes y la SNG Opera Ballet Ljublijana, basada en la producción del Grand Théâtre de Genève. A días del estreno formal, el español conversó con La Radio sobre sus impresiones y expectativas en el escenario más antiguo del país.

“Respeto mucho a los maestros de esa época. Tulio Serafi, Antonino Votto, son magníficos, pero no tan profundos a nivel musicológico como pretendemos ser hoy. Es lo que llamamos “maestros de tradición”: habían bebido casi de las fuentes. Serafin, por ejemplo, probablemente conoció a Verdi, y había autores que lo hacían muy bien. Es siempre interesante escuchar a esos autores que casi habían convivido con los autores (célebres). Rossini a ellos les llega por “aquello que dijo aquel”, comentó el director español.

“La partitura tradicional que había llegado a los años 40 o 50 estaba llena de añadidos, repeticiones, correcciones, cortes y fraseos muy diferentes, todo mucho más pastoso. Sin embargo, Rossini al recuperar todo eso del manuscrito hace una opera mucho más ligera, efervescente, tiene mucha más variedad de colores, cuando antiguamente todo se había quedado en un monocroma”, agregó.

“Aquí en el Municipal se trabaja muy bien. Los cuerpos estables son magníficos, están al nivel de los mejores teatros de Europa. La orquesta, el coro, el ballet, son fantásticos. Eso es un patrimonio del Municipal, y lo que hace que para mí hoy sea el primer teatro de Latinoamérica”, contó el español sobre el escenario que recibirá a la ópera.

También tuvo palabras para el elenco que lo acompaña: “José María Lo Monaco es una gran Angelina. Michele Angelini es un tenor exquisito, rossiniano puro. Él debutó conmigo en 2006. Tenemos la suerte de que él adora Santiago y viene encantado cada vez que lo invitan. Joan Martín-Royo es un estilista, otro cantante exquisito. Me estaba olvidando de las hermanas, Clorinda y Tisbe (Yaritza Véliz y Marcela González), que las puedes poner en la Ópera de Viena y son extraordinarias”, apuntó.