Veintiocho años después de su muerte, Salvador Dalí será exhumado este jueves para determinar si es el padre biológico de una vidente que asegura ser la única hija del genio español del surrealismo.

La exhumación fue ordenada a fines de junio por la justicia en respuesta a la demanda de paternidad presentada por Pilar Abel Martínez, una mujer de 61 años que en caso de probar su filiación podrá reclamar al menos una cuarta parte de la herencia del pintor.

La operación comenzará a las ocho de la tarde (horario español). A esa hora, los peritos retirarán la losa de 1,5 toneladas que cubre la tumba en el Teatro-Museo Dalí en Figueras, la localidad catalana donde nacieron tanto él como la demandante.

Las muestras se tomarán en la misma tumba y se enviarán a un instituto madrileño para hacer las pruebas necesarias. La operación se desarrollará a puerta cerrada, indicó la institución de Figueras, que el año pasado recibió más de 1,1 millones de visitantes y que según la prensa local ha previsto medidas excepcionales de seguridad.

En un encuentro con la prensa en Madrid este miércoles, Pilar Abel dijo sentir “mucho alivio” ante la inminencia de la exhumación y aseguró que incluso si pierde la demanda seguirá defendiendo su hipótesis. “Digamos que esto no acaba aquí“, aseveró.

Teatro-Museo Dali,
El Teatro-Museo Dali, donde descansan los restos del artista | Agencia AFP | Luis Gene

A todo esto, la exhumación ha causado cierta perplejidad entre los vecinos. “Él amaba mucho a su mujer” Gala, ex pareja del poeta francés Paul Eluard, “pero la amaba sin sexo y era un ‘voyeur’. Por eso la gente de aquí consideramos que es muy difícil que pueda tener un hijo. Esta mujer yo creo que se ha inventado esta historia para conseguir dinero”, dijo a la AFP Lidia, que asegura haber conocido a Dalí con 13 años.

El pintor catalán falleció en Figueras el 23 de enero de 1989 a los 84 años, tras compartir buena parte de su vida con Gala, musa que aparece en muchos de sus cuadros y con la que no tuvo hijos.

Un relato incompleto

La semana pasada, Pilar Abel facilitó a la justicia española una muestra de su saliva, para que su ADN pueda cotejarse con el del pintor, famoso en todo el mundo por las obsesiones desarrolladas a lo largo de su obra -los relojes blandos, las hormigas, los cajones, los elefantes de finísimas patas…

La demanda de paternidad fue presentada hace dos años y va dirigida contra el ministerio de Hacienda y la Fundación Dalí, herederos del artista. En caso de demostrarse la filiación, Pilar Abel podría abrir otro pleito para reclamar parte de la herencia, aunque según dijo, de momento lo que más le importa es “saber la verdad” sobre su identidad.

Según su relato, que adolece de ciertas lagunas, su madre conoció a Dalí trabajando como sirvienta en casa de unos amigos del pintor en el pueblo catalán de Cadaqués, donde éste pasaba largas temporadas en su casa de Port-Lligat.

Una vez embarazada, se casó con otro hombre y meses después nació ella, a quien, con apenas ocho años, su abuela le reveló su supuesta identidad. Su madre le confirmó en 2007 esta historia y, según sostiene Pilar Abel, cuenta con otros testigos conocedores de la presunta relación “encubierta” que mantuvo Dalí con su progenitora, ahora de 87 años y enferma de Alzheimer.