Esta temporada, el Festival de Cine de Cannes se abrió a programar en su sección mas apetecida, la competencia oficial, dos películas presentadas por Netflix. La primera que se exhibió fue la coreana “Okja”, arriesgada y atractiva película del director Bong Joon Ho, pensada para la pantalla de cine mas que para la de TV, que realiza una durísima critica a la industria alimentaria, en particular a la producción de carnes animales.

La segunda es una cinta mucho mas convencional y encuadrada en lo que podríamos denominar el “estilo Nueva York”; esto es, filmes ambientados en esa ciudad en los que, a través de un guión bien elaborado, muchas veces con evidente estilo literario, se evoca la vida, emociones, ansiedades y sentimientos encontrados de un grupo de personajes unidos por el amor, la amistad o los lazos familiares. Por cierto, el campeón de este “estilo NYC” es Woody Allen. Sin embargo, también existen cultores menos conocidos a nivel masivo, como Noah Baumbach, nacido en 1969 en Brooklyn y realizador de 11 largometrajes, la mayoría de ellos no estrenados en Chile.

En “The Meyerowiz Stories”, Baumbach cuenta la historia de la familia que lleva ese apellido, liderada por el pater familias Harold (Dustin Hoffman), escultor de vasta trayectoria y muy reconocido en su tiempo que ahora, al entrar en la vejez, siente que su trabajo artístico cae progresivamente en el olvido. Harold tiene tres hijos: Danny (Adam Sandler), músico frutrado y eterno cesante; el trabajólico y acelerado Matt (Ben Stiller), que reside en Los Angeles: y Jean (Elizabeth Marvel), que siempre se ha sentido postergada entre los hermanos. La madre, Julia (la recordada Candice Bergen) se ha alejado hace mucho del hogar y su lugar ha sido ocupado por la neohippie Maureen (Emma Thompson).

Como se ve, es un cuadro familiar con evocaciones chejovianas que –en un formato narrativo que no presenta sorpresas ni corre riesgos- se desenvuelven en un guion bien escrito, dividido en capítulos enfocados en la vida de cada uno de los protagonistas, quienes fluyen con naturalidad al apoyarse en solidas, contundentes actuaciones del trio excepcional que conforman Hoffman, Sandler y Stiller.

El trabajo de Hoffman es, como suele suceder, magnifico. Es un actor fuera de serie, que saber llenar de inmediato la pantalla y robarse cada escena con su voz inconfundible y su capacidad para entrar directamente en la piel de sus personajes. Aquí, su Harold es el eje moral del filme, un artista egoísta, que busca urgentemente volver a ser considerado para exponer en el Museo de Arte Moderno y el Whitney Museum, que desea un homenaje para el solo y que nunca ha demostrado demasiado afecto por quienes lo rodean.

El Danny que construye Adam Sandler (de lejos, en una de las mejores actuaciones de su carrera) es un padre devoto de su hija adolescente Eliza (Grace van Patten) y un hombre que esta lejos de sentirse contento consigo mismo. Queria ser músico pero no tuvo la fuerza para dedicarse a ello y, a diferencia de su hermano Matt (a quien le va muy bien como abogado) no cuenta ni con trabajo ni con mayores recursos financieros. Por eso, cuando Matt entra en escena estalla el conflicto, como en una bien elaborada obra teatral. Los hermanos se enfrentan por temas patrimoniales y afectivos, y el equilibrio precario de sus vidas, y la de su padre, se rompe.

“The Meyerowitz Stories” funciona mejor y logra mayores niveles de profundidad y emoción cuando se centra en la relación entre Harold y Danny que cuando se ocupa de los sentimientos entre el padre y Matt. No obstante, esta muy por sobre el nivel de las producciones originales de Netflix y debiera estrenarse en cines en Estados Unidos para que sus protagonistas tuvieran la opción de ser considerados para los Oscar. Al parecer, así será. La fecha de estreno en streaming de esta película no ha sido confirmada y todo indica que, a partir de las buenas criticas cosechadas en su proyección de hoy a la prensa, esta familia de apellido difícil llegara a los cines y va a ser muy mencionada durante los próximos meses en Norteamérica.