Tras el enorme impacto que causó el año pasado con su impresionante actuación en ‘Elle’, la actriz francesa Isabelle Huppert regresa al Festival de Cannes en un rol mucho más tranquilo en ‘Claire’s Camera’, del director coreano Hong Sangsoo.

Esta película fue grabada en 2016 durante el propio Festival de Cine de Cannes. Fue en este contexto que Hong Sangsoo, cineasta muy reconocido en los circuitos cinéfilos, armó una producción muy ligera, con un argumento sencillo y rodó con Huppert y tres actores coreanos -entre ellos su actri favorita Kiki Minhee.
A Isabelle Huppert le corresponde aquí el rol de una profesora de sombrero amarillo que llega por primera vez en su vida a Cannes, que habla un inglés muy fluido y que se entretiene tomando fotos polaroid de las personas que conoce. Así es como capta una imagen de una joven coreana (Kim Minhee) que trabaja para una empresa productora de cine en su país y que, en pleno festival, acaba de ser despedida por una superiora que la acusó de ser una persona deshonesta. Pronto traba amistad con ella e interviene, de manera indirecta, en esta historia de bajo voltaje dramático que explora el comportamiento de los personajes y la ambigüedad de las percepciones humanas.

Entremedio, como ocurre habitualmente en los filmes del director coreano, deambula un hombre -también de esa nacionalidad- que es cineasta y que ha sido un bebedor excesivo de alcohol durante largos años.
El cine de Hong se construye a partir de elipsis, de una observación pausada de las reacciones de los protagonistas y de fragmentos de la realidad que son escamoteados al espectador, de modo que buena parte del sentido del filme debe ser elaborado por cada uno de quienes miran la pantalla. No hay en sus películas explicaciones ni referentes claros; todo es difuso desde lo moral, la subjetividad juega un rol preponderante y existen saltos en el tiempo que vuelven un poco más intrigantes las cosas para el espectador.

En este contexto, en ‘Claire’s Camera’ Isabelle Huppert no posee ninguna gran escena ni ningún momento de intensidad desbordante, de esos que ella interpreta mejor que nadie. Aquí todo es apacible para ella y a lo más puede escudriñar un poco en el dilema moral de la trabajadora coreana despedida.

Con sus 70 minutos de duración, ‘Claire’s Camera’ se revela como un ejercicio con encanto acotado, y bien podrá situarse en la filmografía de Isabelle Huppert como uno de los roles más tranquilos que ha abordado en su carrera de cuatro décadas.