Vestigio de un antiguo complejo industrial de Roma, el sitio de Mira Lanza se ha transformado en un proyecto artístico controvertido que ilustra las dificultades de la ciudad eterna en materia de renovación urbana.

Desde el verano pasado, una parte de lo que en otro tiempo fue la fábrica de jabones Mira Lanza, es un museo al aire libre que acoge las obras del artista urbano francés Seth, que vivió dos meses el año pasado en medio de la basura y de vigas metálicas calcinadas.

Pero el sitio, ahora ocupado por migrantes romaníes, sigue abandonado y tanto las pinturas como las instalaciones de Seth empiezan a deteriorarse.

Alberto Pizzoli | Agencia AFP
Alberto Pizzoli | Agencia AFP

Un niño pintado en una pared de ladrillo parece estar ahora suspendido en el vacío, la pila de libros que se había colocado delante de la pared para dar la impresión de ser el asiento del crío, está esparcida por el barro. Un poco más allá, una pintura en la que se ve una piscina vacía ha sido parcialmente borrada por la lluvia.

Este es el destino de estas obras“, explica Stefano Antonelli, director de la asociación cultural 999Contemporary, artífice de este proyecto que califica de “posmuseo“.

Alberto Pizzoli |Agencia AFP
Alberto Pizzoli |Agencia AFP

El sitio está abandonado desde que la fábrica cerrara en 1957. Desde que era niño, ha habido proyectos para transformarlo en museo, en residencia universitaria… Pero ninguno ha conducido a nada“, lamenta.

Situado a dos pasos del Testaccio, un barrio popular en plena gentrificación, y a unos cuantos kilómetros del Coliseo, el sitio de Mira Lanza ha estado desatendido durante casi 60 años.

Este abandono atestigua las debilidades crónicas de Roma en materia de planificación urbana, como ocurre con el transporte público o con la recogida de basuras, pero también de una serie de desafortunadas casualidades.

Montañas de excrementos

Los libros se habían llevado a Mira Lanza cuando se contemplaba que se convirtiera en una antena de una prestigiosa escuela de arte dramático.

Pero todo se esfumó, el proyecto incluido, en un incendio ocurrido en 2014 tras la expulsión de varios cientos de okupas.

En un rincón que los okupas habían utilizado como letrinas, Seth pintó un niño cuya cabeza emerge de la luz, una obra llamada “Lux in tenebris” (Luz en las tinieblas).

Alberto Pizzoli |Agencia AFP
Alberto Pizzoli |Agencia AFP

Para despejar el espacio, tuvimos que limpiar con palas montañas de excrementos, lo que no suele ser una tarea habitual de un comisario de exposiciones“, ironiza Stefano Antonelli.

En otra pared hay representados migrantes hacinados en un barco que se dirige hacia las costas italianas, unas imágenes cuyos colores recuerdan a las vidrieras de una iglesia.

En un edificio vecino, sin techo, los pilares han sido pintados con los colores del arco iris en una instalación basada en las destrucciones de la ciudad antigua de Palmira, en Siria, por la organización yihadista Estado Islámico.

Tras el incendio de 2014, la asociación 999Contemporary propuso limpiar el sitio, acondicionarlo y organizar una exposición piloto destinada a demostrar su potencial artístico.

Con un presupuesto de 50.000 euros, al que habría que sumarle la contratación de un arquitecto durante 50 días, el proyecto recibió el apoyo del exalcalde de Roma, Ignazio Marino (centroizquierda). Pero este último, salpicado por un caso de corrupción, tuvo que dimitir el mismo día en que la alcaldía debía firmar el proyecto, enviándolo de nuevo a la casilla de salida.

Quince meses después, las dificultades que tiene que enfrentar la nueva alcaldesa, Virginia Raggi, del Movimiento 5 estrellas (M5S, populista), cada vez más cuestionada, podrían dejar a Mira Lanza en limbo durante mucho tiempo.