Más de 90 mil personas han visto documentales chilenos en salas de cine en los últimos cuatro años. Ese es el balance general de Miradoc, el programa de distribución de documentales que comenzó el año 2013 con ocho películas, 10 salas y un promedio de mil espectadores por documental, y que el 2016 completó 10 películas, 23 salas y un promedio superior a las dos mil personas por cada título del ciclo.
“El crecimiento del público y del circuito ha consolidado la presencia de documentales chilenos en cartelera, y ha abierto un espacio que hasta hace cuatro años simplemente no existía” dice Paola Castillo, Directora Ejecutiva de Chiledoc, la Corporación de documentalistas que hace cuatro año fundó Miradoc.
Desde hace más de una década, se producen en Chile entre 80 y 100 películas documentales cada año, y muchas de ellas son premiadas y muy valoradas en el extranjero. Sin embargo, su encuentro con el público chileno antes era muy restringido: Festivales, ciclos de Cine Arte o Universitarios y, muy esporádicamente, en cartelera regular del cine comercial.
En ese contexto nació Miradoc el año 2013. Ocho películas documentales, que se exhibieron en salas independientes en 8 ciudades de Chile, y que llevaron 9 mil espectadores a las salas. Al año siguiente la experiencia creció a 12 mil espectadores, y en su tercer año llegó un peak de 49 mil espectadores, con tres títulos que tuvieron incluso distribución en salas comerciales: La once, Allende mi abuelo Allende y Chicago Boys.
“La experiencia del 2015 sirvió para ampliar definitivamente a Miradoc, y consolidar la marca. Las ciudades aumentaron de 8 a 18, se forjó una alianza más cercana con algunas salas comerciales y el nombre de Miradoc se hizo conocido y confiable en medios de comunicación y redes sociales“, dice Flor Rubina, también Directora Ejecutiva de Chiledoc.
El programa MiraDoc 2016 fue financiado por el Programa de Intermediación Cultural, Convocatoria 2015; y el Fondo de Fomento Audiovisual, Convocatoria 2016; ambos del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes.
Nuevos públicos para el documental
El aumento de público en Miradoc ha conllevado, a la vez, una veta de formación de audiencias. Todas las películas del ciclo incluyen encuentros con los realizadores, y esas funciones regularmente son las más concurridas, por un público activo y entusiasta por conocer y opinar sobre los documentales. En cuatro años, estos cine foros suman más de 200 y son de los aspectos más valorados de Miradoc, tanto por el público como por los directores.
“Miradoc une el quiebre entre los documentales y el público, y tiende un puente para que la gente conozca las obras y para que los realizadores nos encontremos con el espectador”, afirma Jorge Leiva, director de Quilapayún, más allá de la canción. Para Daniel Osorio, director de El soltero de la familia, “Miradoc está creando fidelidad en lugares donde antes sólo había oferta de películas hollywoodenses, y ha logrado vincular al público con los documentales chilenos porque, al final, éstas son sus propias historias”, afirma.
Miradoc 2016
El 2016 Miradoc tuvo tres sellos nuevos: Por primera vez las salas están desde Arica a Punta Arenas, con un total de 23 ciudades. La cantidad de películas aumentó de 8 a 10. Y se incorporó como circuito el programa Escuela al cine del Ministerio de Educación, que sumó más de 4 mil estudiantes al público del ciclo.
En total, Miradoc 2016 llevó a 20 mil espectadores al cine, en una cartelera diversa. Desde el reconocido documental musical Quilapayún, más allá de la canción, al trabajo más reciente de un genuino prócer del cine chileno, Pedro Cháskel (De vida y de muerte, testimonios de la Operación Cóndor). Desde un documental con aires de comedia, El soltero de la familia, hasta el último trabajo de José Luis Torres Leiva (El viento sabe que vuelvo a casa), Miradoc 2016 totalizó 10 películas.
El trabajo de Miradoc en cifras se resume en: 90 mil espectadores, cuatro años de vida, un total de 34 películas y presencia en 23 ciudades.
