Interpretando uno de los roles más emblemáticos del repertorio clásico, la Reina de los confites de Cascanueces, la Primera Bailarina del Ballet de Santiago, Maite Ramírez, vivió recientemente la última función de su carrera.

Maite Ramírez, foto de Patricio, TMS (c)

De nacionalidad cubana, la artista realizó sus estudios en la Escuela de Ballet de Holguín y fue parte del Ballet de Camaguey, donde llegó a ser Primera Bailarina. En 1999, Ivan Nagy la invitó a ser parte de la compañía del Municipal de Santiago. Comenzó como Solista y, cuando Marcia Haydée tomó la dirección del Ballet de Santiago, la nombró Primera Bailarina.

Ballet de Santiago

Durante su carrera, y especialmente en los 17 años que fue parte del Ballet de Santiago, Ramírez interpretó los roles principales de una variada gama de ballets, desde El lago de los cisnes, La bella durmiente y Cascanueces, Giselle y Coppélia y obras de los coreógrafos más importantes del siglo XX, por ejemplo, Concerto Barocco y Tema y variaciones de George Balanchine; La fierecilla domada y Romeo y Julieta de John Cranko; La viuda alegre y Rosalinda de Ronald Hynd; Mayerling de Kenneth MacMillan. Además, participó en giras y en festivales internacionales de ballet en Argentina, Brasil, México, España e Italia. En 2011 fue nominada a un premio Altazor por su rol en Don Quijote de Jaime Pinto.