La obra parte con un crimen –que no vemos- justo en medio de un juego de cartas a la hora del té entre cuatro amigas “aristocráticas”.

Con una “trama policial” como estructura, recurre a muchos elementos conocidos (lugares comunes pero descontextualizados, llevados a tono comedia) para, así, poner el énfasis en los cuatro personajes: cuatro mujeres muy distintas y bien caracterizadas que poco a poco se van mostrando a medida que avanza y crece la tensión.

Las actuaciones –muy buenas- están siempre al borde de caer en lo grotesco o lo chabacano, pero entre las cuatro actrices se equilibran, se complementan, creando una tensión paralela que es reflejo y crítica a la vida de la aristocracia.

Muchas risas y muchos aplausos

Las risas abundan y se repiten durante toda la obra. Pero en el transcurrir de Tarascones van cayendo gotas de ácido, van dejando un malestar producto del desagrado que generan estas cuatro mujeres.

Y es que Tarascones muestra un grupo que se sostiene en formas que ya no tienen sentido (si es que alguna vez lo tuvieron), mujeres inútiles y estériles refugiadas en las apariencias y en prejuicios absurdos (por no usar palabras más fuertes). Formas que las aprisionan, en las que se refugian pero que no siempre las contienen.

Así, si en algún momento alguna de ellas pudo generar alguna simpatía, todas terminan siendo detestables, generando nula empatía.

Cada una de las protagonistas es muy distinta, todas llenas de carencias afectivas y dificultades básicas para desempeñarse en la vida. Algo que parte como una comedia que da la impresión que está en un equilibrio precario (que rápidamente toma cuerpo), termina con risas pero con una rabia latente. Más con un final que refuerza esa liviandad y arbitrariedad donde las formas son más importantes que el fondo.

Tarascones en una idea: la forma de sostenerse de las mujeres acomodadas (inútiles y estériles) es haciendo que las formas y los prejuicios sean más importantes que el fondo, reforzando así sus incapacidades de expresarse, de desenvolverse, de sentir. Y es muy probable que todos nos hayamos visto reflejado en más de alguna cosa en ellas, en algún prejuicio, en alguna torpeza o incapacidad. Todo ello en tono de comedia, comedia hilarante pero ácida, sin concesiones.

Finalmente, queda la pregunta de qué tenemos cada uno de nosotros de esas mujeres que están allí, aparentemente tan ajenas a lo que creemos o quisiéramos ser.

Muchas risas, muchos aplausos… una sensación interna de molestia (incluso en el hecho de aplaudir de buena gana a seres tan detestables y de haberse visto reflejado en algunas cosas en ellos), de ideas dando vueltas que piden pensar y decantar las sensaciones vividas.

Tarascones

De Gonzalo Demaría
Dirección: Ciro Zorzoli
Elenco: Paola Barrientos, Eugenia Guerty, Alejandra Flechner y Susana Pampín
Argentina
Hasta el 6 de enero, a las 21:00 horas
Teatro Finis Terrae