El Patrimonio cultural, desde hace unos 20 años, ha ido generando un creciente interés por parte de la ciudadanía (y de la prensa). Sin embargo, eso no ha ido acompañado de políticas ni de un cambio significativo en autoridades, en empresarios y en la mayoría de “los privados”.

Abate Molina

Entre los principales logros del 2016 en materia de Patrimonio, posiblemente el más importante es el conjunto habitacional de calle Abate Molina realizado por la Municipalidad de Santiago, durante la gestión de Carolina Tohá. Este proyecto tomó una manzana con forma de punta de lanza, muy característica de la zona sur poniente de la comuna, para restaurarla y transformarla, haciendo en 21 departamentos para ser arrendadas a personas vulnerables, incluidas personas de tercera edad y con discapacidades.

Este proyecto destaca no sólo por el logro físico de recuperación de edificio y su impacto en el barrio; lo más importante es que muestra una forma diversa e integral de abordar el patrimonio, incluyendo otras variables y actores, y haciendo participar a los propios beneficiarios en el diseño y las soluciones específicas.

Un gran e innovador ejemplo en el que debemos destacar la labor de la arquitecto Mireya Danilo.

Planta de Abate Molina 601, IMS (c)

Día del Patrimonio y Día del Patrimonio para niñas y niños

El día del Patrimonio ha ido creciendo y se ha consolidado como una fiesta ciudadana el último domingo de todos los años. Cada vez aumentan las instituciones y organizaciones, públicas, privadas y ciudadanas, que se suman así como las personas que asisten. Este año se llegó a una cifra histórica (700.000 visitas).

Las actividades que se realizan el Día del Patrimonio reciben un gran porcentaje de niños, sin embargo muy pocas estás destinadas o adaptadas para ellos.

Por lo anterior, este año se realizó por primera vez en Chile y en Sudamérica el Día del Patrimonio para niñas y niños, con alrededor de 150 actividades y la participación de unas 20.000 personas.

Esta es una gran idea: responde a un público importante, interesante e interesado como centro; sensibiliza de manera especial a promotores “naturales” y entusiastas (pensemos el rol que han tenido los niños en campañas medioambientales o contra el tabaco) y, además, permite saber a quienes están vinculados con el Patrimonio qué piensan, que sienten y les interesa a los distintos grupos de niños a lo largo del país, una información central para generar políticas en el área.

Los mayores desafíos de esta iniciativa serán entusiasmar a los padres y adultos para que acompañen a los niños e involucrar a los medios de comunicación que, para esta primera versión, estuvieron muy “flojos”.

Día del Patrimonio para niñas y niños, EM (c)

Palacio Cousiño y Palacio Pereira

Entre los palacios monumentales más destacados del Santiago del s XIX sin lugar a dudas están el Palacio Cousiño y el Palacio Pereira. El primero dañado por el terremoto de 2010 y el segundo ha tenido una larga y triste historia de maltrato y abandono, con un propietario que durante 30 años hizo de todo por destruirlo.

Las buenas noticias son la reapertura del Palacio Cousiño, que vuelve a lucir como en sus mejores tiempos (aunque extraoficialmente se hablaba de algunas fallas menores que esperamos se hayan solucionado) y está pronto a abrir sus puertas; la segunda, que partió en 2010 con la decisión del Gobierno de Sebastián Piñera de comprar el edificio, es que se iniciaron los trabajos para restaurar y reconstruir el Palacio Pereira (incluido un nuevo edificio en el patio) para albergar la DIBAM y el Consejo de Monumentos Nacionales.

Estos dos edificios representan parte importante de la arquitectura aristocrática del Santiago del s XIX, con dos modelos muy distintos de hacer ciudad.

Proyecto Palacio Pereira, MOP (c)

El Olivar

Este sitio arqueológico, al norte de La Serena, es conocido hace muchos años. Se descubrió en los 30, se pavimentó sobre él la Panamericana en la década del 50 y, ahora, se pretendía ensanchar esa carretera.

La buena noticia es que se prendieron las luces de alarma, reaccionó bien y a tiempo el Consejo de Monumentos Nacional, y lo secundó el principal involucrado, el Ministerio de Obras Públicas.

El resultado es que en este sitio, que se calcula tendría unas 35 hectáreas, en el que hay al menos 100 cuerpos, piezas de cerámica y de oro (3) en el que confluyen cuatro culturas (Molle, Ánimas, Diaguita y Diaguita-Inca) se está trabajando en forma muy seria, con alrededor de 80 profesionales.

El Olivar es posiblemente el sitio arqueológico más grande del país, en el que confluyen diversas culturas y donde se están encontrando vestigios que van a entregar información fundamental para entender el desarrollo de esa zona y sus habitantes.

Trabajos en El Olivar, La Serena, CMN (c)

Ministerio de las Culturas y CMN

La institucionalidad y las leyes ligadas al Patrimonio en Chile están obsoletas. Hace 20 años distintas y crecientes voces demandan crear un Ministerio de Cultura. Durante el gobierno anterior se presentó un proyecto de ley mediocre. En el actual gobierno, la Ministra Claudia Barattini fue removida de su puesto a días de presentar una nueva propuesta. El nuevo Ministro de Cultura, Ernesto Ottone, presentó otra propuesta (a nuestro juicio más débil que la de su antecesora), la que se encuentra en discusión en el Congreso: ya pasó por la Cámara de Diputados y ahora se encuentra en la Comisión de Educación del Senado. Todo indica que no tendremos Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio durante este gobierno, lo que puede llevar a que, en una nueva administración, se haga otro proyecto.

El CMN está obsoleto, tanto como institución como en las normativas que rigen al Patrimonio. En este campo los avances han sido casi nulos y se desperdició la oportunidad de, al menos, mejorar en forma sustancial la composición del Consejo, lo que estaba contemplado en el proyecto de Ministerio de Claudia Barattini.

A lo anterior se suma un presupuesto reducido para la amplia labor que realiza y debiera desarrollar el CMN (2.000 millones al año para una institución a cargo del Patrimonio de todo el país) y una Constitución que deja al Estado sólo el rol, bastante pasivo, de “estimular (sic) la protección e incremento del patrimonio”.

A pesar de lo anterior, el CMN ha trabajado en forma silenciosa para mejorar en forma sustancial sus tiempos de respuesta a solicitudes como en el número de declaratorias. Si bien no hay cifras claras, pero tanto en versión del organismo como de profesionales que han realizado gestiones en el CMN, los tiempos se habrían reducido en un 30 a un 40 %.

Patrimonio de la Humanidad

Chile no ha estado a la altura de su Patrimonio, menos del Patrimonio de la Humanidad que posee ni de sus compromisos con éste. Esta área es posiblemente la más desastrosa, donde se presentan mayores deficiencias.

Los problemas surgen porque no hay una institución (o parte de ella) dedicada exclusivamente a este tema, con profesionales, presupuesto y peso político para abordar los distintos y complejos casos.

Chile presenta serios problemas en Valparaíso, con las iglesias de Chiloé, una situación de conflicto latente con la comunidad de Rapa Nui, por mencionar algunos. El problema, entre otros, ha sido la incapacidad de responder a las presiones económicas y a las deficiencias de los gobiernos locales.

En este panorama gris, hay dos luces de esperanza: el cambio de alcalde en Valparaíso y el trabajo en Chiloé por realizar un trabajo más riguroso y profesional en las iglesias.