En la sala Sidarte, donde la comunidad teatral se despide de su maestro, el ministro de Cultura  comunicó la decisión del Gobierno de Chile de decretar Duelo Oficial mañana martes 18 de octubre por el fallecimiento del dramaturgo Juan Radrigán, quien dejó de existir el domingo a los 79 años.

Ganador del Premio Nacional de Artes de la Representación en 2011, y del Altazor en dos ocasiones, Radrigán “era un hombre profundamente conectado con el pueblo chileno y su sabiduría”, comentó Ernesto Ottone, quien confirmó que la actual Muestra de Dramaturgia será dedicada al dramaturgo, quien participó en ese encuentro en diversas ocasiones.

El velorio de Juan Radrigán se está realizando en Sidarte (Ernesto Pinto Lagarrigue 131) hoy lunes 17 hasta las 21:00 horas. Mañana, martes 18, se realizará un homenaje en el Teatro Nacional a las 10:00 horas, para luego ser trasladado al Parque El Manantial, en Maipú, donde se realizará su funeral.

Quién fue

En 1979, con 42 años, Juan Radrigán escribió su primera obra dramática, Testimonios de las muertes de Sabina, seguida de Las brutas, El loco y la triste (1980), Hechos consumados (1981) y El Toro por las astas (1982), convertidos hoy en clásicos de la dramaturgia nacional. Sus textos hablan de la marginalidad social, vinculadas al contexto político, económico y cultural de Chile en los años 70 y 80.

Radrigán fue de los primeros en colocar a los marginados de la sociedad como protagonistas de sus obras, prescindiendo de grandes escenografías y realizando sus creaciones en espacios populares. Varios de sus textos han sido montados por directores nacionales y extranjeros, como Hechos consumados, llevada a las tablas en Londres, Inglaterra, por el director inglés Robert Shaw.

Tras una primera etapa marcada por lo social, su teatro post dictadura derivó en otros conflictos como los amores inconclusos o sin destinatarios, y los personajes fantasmales que transitan entre la vida y la muerte, como en Amores de cantina, seleccionada en la Muestra de Dramaturgia 2010.

A continuación, René Naranjo comenta el fallecimiento de Radrigán: