Este domingo partió de nuevo a Oriente el presidente Barack Obama, para tratar de evitar que se le derrumbe por completo su estrategia sobre la cuenca del Pacífico, y por supuesto, su estrategia le exige crear un círculo de países hostiles rodeando a China.
Sin embargo, en una secuencia vertiginosa, Washington se encontró con que de los países que supuestamente estarían dispuestos a ir al choque contra China, llegado el caso ninguno apoyó las políticas agresivas de Estados Unidos. Incluso Filipinas rechazó respaldar las maniobras amenazantes de buques de guerra estadounidenses en el mar del sur de China.
De hecho el recién elegido presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, declaró que está de acuerdo con el ofrecimiento de China de buscar soluciones negociables para las pretensiones de soberanía de diversos países sobre islotes, cayos, arrecifes e islitas en aquella zona clave para la navegación comercial desde y hacia la cuenca del Pacífico.
De hecho, ante la prensa internacional, el presidente electo de Filipinas comentó crudamente que Estados Unidos no está dispuesto a ir a la guerra para defender a Filipinas. Y preguntó “¿Por qué, entonces, tendría Filipinas que ir a la guerra para defender los intereses de Estados Unidos?”.
Y, por el contrario, Filipinas junto a otros nueve países de la Asociación de Países del Sudeste Asiático, ASEAN, comprometió su participación en el Foro Económico Mundial de San Petersburgo en Rusia, desde el 16 al 18 de junio, y anunció su colaboración con la Organización de Cooperación de Shanghai, que reúne a China y a otras doce naciones asiáticas, incluyendo a Rusia, India, Pakistán e Irán. Es decir, una alianza que une por tierra desde el Pacífico Norte, frente a Alaska, hasta el Golfo Pérsico y el Mar Báltico, frente a Suecia.
O sea, mientras Estados Unidos hace pujos por sacar adelante su Tratado Trans Pacífico, TTP, que reuniría a doce naciones, China encabeza en este mismo instante un acuerdo de libre comercio y cooperación que reúne a 21 países asiáticos.
Se entiende entonces el apuro del presidente Obama en su retorno a Asia bajo la figura de El Grupo de los 7.
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