Una mezcla de rabia, tristeza e indignación, es lo que sienten los fieles de la parroquia Jesús Obrero en Curicó, a causa de los reiterados robos que desde enero a la fecha han afectado las instalaciones.
La madrugada de ayer fue el último episodio de violencia donde desconocidos se llevaron especies, tales como equipos de amplificación, micrófonos y hasta mercaderías que posteriormente serían donadas por la parroquia a aquellas familias necesitadas del barrio Guaiquillo y Santa Inés.
El padre Osvaldo Navarrete manifestó su molestía ante los hechos delictuales que por tercera vez atentan contra este templo.
“Se nos metieron al templo, quebraron vidrios, destrozaron puertas, robaron amplificadores, micrófonos, es un verdadero desastre” insistió.
Denunció que en enero pasado se realizó uno de los primeros delitos de robo, que afectó a la capilla, y a la fecha ni siquiera lo llaman a declarar desde Fiscalía.