Amos Dudley es un joven de 24 años que vive en Nueva Jersey, ciudad en la que estudia diseño. Acomplejado por sus problemas dentales, un día decidió hacer algo al respecto.
La solución más obvia era el uso de frenillos, sin embargo no tenía los 8 mil dólares (5 millones 300 mil pesos aproximadamente) que costaba someterse al tratamiento de ortodoncia tradicional, por lo que optó por aplicar sus conocimientos en moldes 3D para crear un diseño propio que le permitiera corregir su alineación dental.
Utilizando la impresora del New Jersey Institute of Technology (en donde estudia), logró obtener su propio molde, el que después de usar por 16 semanas notó que tuvo positivos efectos.
A través de su blog personal, el joven señala que fabricó el molde en base a “Permastone”, un compuesto que al entrar en contacto con el agua se transforma en un material similar al yeso, de gran consistencia.
Gracias a su manejo en el diseño, y buscando información a través de diversos sitios de internet, descubrió que con la ayuda de una impresora 3D, un programa computacional y una máquina de moldeo podría crear un accesorio alternativo a los frenillos.
Además, señala que se basó principalmente en dos libros: “Contemporary Orthodontics” de William Proffit y “Orthodontics at a Glance” de Gill Daljit.
“No quería ser odontólogo, pero tenía que estar al tanto de los riesgos y las directrices”, aseveró.
Decidido en su arriesgada apuesta, Amos procedió a tomar un molde de su dentadura superior. En la imagen, se puede ver la posición adelantada de uno de sus dientes, lo que acomplejaba al joven en su estado de ánimo.
Luego de obtener la imagen tridimensional, venía el próximo paso: obtener el molde definitivo.
A pesar de tenia una impresora 3D en su casa, no era lo suficientemente precisa por lo que recurrió a la de su instituto.
Con el producto terminado, procedió a usarlo por 16 semanas, durante todo el día e incluso para dormir. Agrega que los únicos momentos en que se los sacaba, era para comer.
Luego de transcurrido el tiempo, el joven notó como sus moldes ayudaron a corregir su alineación, lo que llamó la atención de diversos medios, como el periódico británico The Daily Mail.
Sin embargo, profesionales advierten que se hace necesaria una evaluación adecuada para verificar el éxito de su propio tratamiento. En tanto, DUdley aseguró que no venderá este producto debido a que es diseñador, no odontólogo.
No obstante, el debate se ha instalado en Estados Unidos debido al alto precio que deben desembolsar las personas para conseguir unos frenillos.
Antes
Después
Advertencia de odontólogos
Al respecto, Paulo Villacura, odontólogo de la Universidad de San Sebastián, señala que lo que hizo el joven estadounidense no es para nada recomendable, ya que a su juicio conlleva múltiples riesgos para la dentadura.
“Aplicar fuerzas de manera errónea, por muy leves que sean, terminan literalmente sacándote los dientes de raíz”, asevera el profesional.
Similar opinión tiene Braulio Retamal, odontólogo de la Universidad del Desarrollo.
“Los principales riesgos de lo que hizo (Amos Dudley) están relacionados a la pérdida de dientes por necrosis pulpar o rizalisis. Hay que tener en cuenta que un tratamiento promedio dura entre 2 a 3 años”, sostiene.