A cuatro años de regimen cerrado, lo que corresponde a privación de libertad efectiva, fue sentenciado un joven de 15 años de edad tras protagonizar en Quillota un robo con violencia a una mujer de 68 años, quien resultó con fracturas por la acción delictual.

El robo ocurrió el 24 de julio del año pasado, en el centro de la ciudad, cuando la víctima caminaba con su cartera al hombro, y fue embestida por el joven de 15 años. El empujón hizo que la jubilada perdiera el equilibrio y cayera con su brazo izquierdo sobre el pavimento, lo que fue aprovechado inmediatamente por el agresor para sustraerle sus pertenencias y huir.

La víctima fue asistida por otros peatones que estaban en el lugar, mientras que otros recuperaron la cartera y también atraparon al asaltante, cuando este se escondió en un baño químico habilitado en la vía pública, desde donde fue sacado y luego amarrado para su entrega a la policía.

La mujer resultó con fractura del húmero derecho y politraumatismo de carácter grave, que le significó al menos 30 días de tratamiento, pero decidió ir a testificar al juicio y declarar lo que le había sucedido.

Ymay Ortiz Pulgar, fiscal jefe de Quillota, destacó la importancia del relato de víctimas y testigos para alcanzar la condena de los imputados. “Necesitamos que se atrevan a ir a juicio, y de esa manera poder culminar el trabajo de las policías y los fiscales con las declaraciones, lo que permite que el tribunar adquiera convicción y pueda condenar”, como en este caso, señaló.

La víctima también destacó la necesidad de que la ciudadanía y los afectados den a conocer lo sucedido. La mujer indicó que “uno como ciudadano tiene obligaciones, y tiene que cumplir con eso, de ayudar a las personas que están haciendo su trabajo”, dijo en relación a la labor de la justicia.

La defensa de J.M.A alegó que se trataba de un caso de robo por sorpresa, pero el tribunal acogió la tesis de la Fiscalía y lo declaró culpable de robo con violencia calificado, por las lesiones graves. Pesó en su contra el hecho de no tener irreprochable conducta anterior, ya que como adolescente tenía otras condenas por robo.

Además de la pena corporal que establece la Ley de Responsabilidad Adolescente, el joven deberá someterse a un programa de reinserción social y a un tratamiento de rehabilitación por su adicción a las drogas, bajo cuya influencia dijo estar al momento de cometer el robo a la mujer.