Un tribunal de Teherán aligeró la pena de seis años de cárcel que pesaba contra un joven cineasta iraní, Keywan Karimi, por “insulto a los valores sagrados, pero mantuvo su condena a 223 latigazos, anunció a la AFP.

“He sido informado (…) de que cinco de los seis años de prisión de mi pena firme (en primera instancia) son ahora en suspenso, pero que tengo que ir a la cárcel un año, recibir 223 latigazos y pagar una multa de 20 millones de riales (570 dólares)”, afirma el cineasta en su mail.

Añade que esta pena “es definitiva”, que la va a “cumplir” y que no tiene “intención de abandonar” Irán. Dice esperar simplemente que le den unas semanas de plazo antes de ser encarcelado, lo que le permitiría estar junto a su madre hasta “el final de su quimioterapia” y “terminar de rodar” su última película.

A principios de diciembre unos 130 cineastas iraníes escribieron una carta de respaldo a Keywan Karimi en la que se declaraban “escandalizados” por su condena y pedían que fuera absuelto en apelación.

Entre los firmantes figuraba Jafar Panahi, ganador del Oso de Oro en la Berlinale en 2015 con su película “Taxi”, rodado clandestinamente en Teherán cuando las autoridades le habían impuesto una prohibición de filmar.

Keywan Karimi, musulmán sunita originario del Kurdistán iraní (oeste), fue al parecer condenado por escenas de un documental consagrado a los grafitis políticos en las paredes de Teherán, titulado “Escribir sobre la ciudad”.

Antes de la carta de los cineastas iraníes hubo también una campaña internacional de apoyo a Keywan Karimi en la que participaron numerosos cineastas franceses, italianos y españoles.